Obras para proteger al Coca Codo se definirán en marzo 2021

En diciembre pasado, la erosión estaba a escasos metros del poblado de San Luis. Foto: Archivo / EL COMERCIO

El proceso de erosión regresiva del río Coca, que provocó hace un año el colapso de la cascada San Rafael, sigue siendo una amenaza para la infraestructura que se encuentra cerca de este afluente.
Por esta razón, pese a que este fenómeno está detenido por más de 145 días, las entidades que tienen obras estratégicas se mantienen en alerta.
La erosión ha recorrido hasta el 31 de enero pasado 7,6 kilómetros aguas arriba, tomando como punto de inicio la desaparecida cascada, que era la más grande del país y un gran atractivo turístico.
En este período, el fenómeno ha avanzado a una velocidad promedio de 20,88 metros por día, según el último reporte que realiza la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec).
En su trayecto, la erosión ha afectado a la tubería que transporta el petróleo desde el Oriente hacia Balao, en Esmeraldas; los ductos que llevan combustibles desde Shushufindi a Quito y dos tramos de la vía Baeza-Lago Agrio.
Además, ha formado un socavón que pone en riesgo a la población de San Luis, en el cantón Chaco, y se ha convertido en una amenaza para las instalaciones de la central de captación de la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair.
Actualmente, esta infraestructura -que está sobre el cauce de este afluente- se ubica a 10,5 kilómetros de distancia de la erosión.
Para proteger esta obra que recoge el agua, que luego se transporta por un túnel hacia la casa de máquinas para transformarla en energía, la Celec ha realizado trabajos que denomina “emergentes”. La idea de estas tareas es desacelerar el avance de la erosión.
En total, esta entidad ha construido cuatro muros enrocados y un dique relleno de hormigón, a la altura del puente de acceso a la Ventana 2, que es cerca del sitio donde está actualmente la erosión. También se ha ensanchado el río en dos puntos. En esto se ha invertido alrededor de USD 2 millones.
Más adelante, aguas debajo de este punto se levantarán dos diques más, refirió Alberto Zambrano, director de la Comisión Ejecutora río Coca, que es parte de la Celec.
Con todas estas intervenciones, la Celec estima que el avance de este fenómeno en la época lluviosa de este 2021 será menos “agresivo” frente al 2020, porque en ese entonces no se contaba con estas obras.
Carolina Bernal, docente de Escuela Politécnica Nacional, expresó que, pese a las obras “emergentes”, es “complejo” establecer si este fenómeno será agresivo o no en este año, porque hay factores que pueden jugar en contra como el clima, las características del suelo y otras condiciones. “Este proceso puede durar décadas”.
En el próximo mes también está planificado recibir los resultados del estudio de la empresa Lombardi sobre las obras definitivas para salvaguardar la central de captación de la central Coca Codo.
Se prevé que estas se ubicarán a una distancia de un kilómetro, aguas abajo de la central de captación.
“No se trata de obras que van a resolver definitivamente el problema de la erosión, sino de diseños definitivos de instalaciones que protegerán las obras de captación, en el caso que avance el proceso erosivo”, enfatizó Zambrano.
Para estas intervenciones se cuenta con un presupuesto de alrededor de USD 70 millones. En este año se invertirán USD 36 millones y el resto en el 2022. Se estima que las obras arrancarán en agosto.
Ricardo Buitrón, ingeniero hidráulico, explicó que se requiere conocer los estudios de las características del suelo donde se asentarán estas obras definitivas, porque de esto dependerá su éxito. Además, la Celec debe seguir monitoreando este fenómeno.
Petroecuador tiene previsto realizar también una nueva inversión para realizar dos variantes adicionales a la tubería del Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE). En estas se invertirán USD 3,6 millones. Esto se sumará a los 6,8 millones asignados antes.
El Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) Ecuador informó que ha destinado USD 19 millones para proteger su tubería.
Además, OCP y Petroecuador han destinado 35 millones para remediar los efectos causados por la rotura de las tuberías, en abril pasado.