Este domingo 5 de diciembre del 2021, autoridades del Ministerio de Energía y personal de Petroecuador realizaron un recorrido por el sector conocido como Piedra Fina 2, provincia de Napo, para monitorear el avance de la erosión regresiva del río Coca.
Este fin de semana, el fenómeno natural alcanzó el cauce del río Piedra Fina, desestabilizando la carretera E45, que conecta Quito con Lago Agrio, y amenaza el sistema de oleoductos en la zona.
Pablo Luna, gerente de Petroecuador, junto a la viceministra de Hidrocarburos, María Cristina Cadena, realizaron una visita técnica al lugar. Allí constataron, también, el avance de los trabajos de construcción de la séptima y quinta variante del Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE) y Poliducto Shushufindi Quito, para alejar a las tuberías de la zona de la erosión.
Por su parte, la empresa privada OCP Ecuador inició el movimiento de la tubería para la construcción del noveno bypass temporal, que tendrá 300 metros de largo y se estima esté concluido en 15 días. Tras el avance del fenómeno natural se ha iniciado labores preventivas que incluyen un monitoreo 24 horas in situ y un plan de drenaje de emergencia si la situación lo amerita, señaló la empresa privada.
La zona ha sido declarada de atención prioritaria por las autoridades. Personal de los ministerios de Energía y Obras Públicas junto a Petroecuador y OCP realizan actividades preventivas en el sector para mitigar cualquier afectación de los sistemas de transporte de hidrocarburos.
La erosión regresiva del río Coca se registra desde el colapso de la cascada San Rafael, límite provincia de Napo y Sucumbíos, en febrero del 2020. En abril de ese año se registró un gran deslizamiento en las márgenes del río Coca, que provocó la rotura de las tuberías que transportan el petróleo. El bombeo de crudo se suspendió por varias semanas.
En este tiempo el fenómeno natural ha recorrido cerca de 13 kilómetros y ha destruido infraestructura estatal y privada. En el agua se han ido tramos de vía, puentes, tuberías, viviendas, entre otros. Además, amenaza las obras de captación de agua de la central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, ubicada a unos 7,9 kilómetros del epicentro de la erosión.