Imagen referencial. Las empresas autorizadas, a escala nacional, para emitir “certificado de firma electrónica” son: el Banco Central del Ecuador, el Consejo de la Judicatura y las firmas privadas Anfac, Autoridad de Certificación Ecuador C.A. y Security Data. Foto: Archivo / EL COMERCIO
En el país se puede facturar, participar en compras públicas y tramitar registros sanitarios e importaciones y exportaciones de forma digital y sin necesidad de que el usuario tenga que ir a las oficinas de las empresas o instituciones públicas.
Esto es posible gracias a la firma electrónica. Se trata de una serie de códigos que representan a una persona, natural o jurídica, y tiene la misma validez legal que una rúbrica física. Este instrumento puede anexarse en documentos Word, PDF, Excel, correos electrónicos y otros.
Galo Granda, gerente de Ghcomex, una empresa que realiza trámites para exportadores, usa 60 firmas electrónicas, ya que actúa como representante jurídico de empresas y personas que exportan productos.
El directivo comenzó a utilizar esta herramienta desde el 2013 para trámites aduaneros y en el Servicio de Rentas Internas (SRI).
Granda mencionó que este instrumento virtual le permite hacer los tramites en varias entidades de forma más rápida y ágil.
Adicionalmente, el Gerente también tiene su rúbrica digital, como persona natural, la cual adquirió para su facturación electrónica.
En el mercado existen dos formatos de almacenamiento para la rúbrica. El uno se denomina ‘token’. Este es un dispositivo criptográfico similar a una memoria USB, pero que no permite copiar o alterar la información que se encuentra en su interior.
Granda utiliza este instrumento para la gestión de trámites con sus clientes, “por que es más seguro y así lo exige la Aduana”.
El otro se llama ‘archivo’. Las personas pueden almacenar su identificación personal bajo este formato en un CD o en una memoria USB y hacer las copias que deseen.
Los dos sistemas de almacenamiento electrónico tienen una clave de acceso y solo los propietarios de la firma puedan hacer uso de ella.
Tanya Vilatuña optó por adquirir una firma con formato “archivo” por un año, para sus trámites como persona natural. La usuaria factura y suscribe contratos vía correo electrónico gracias a este instrumento. Ella trabaja como community manager independiente.
La joven trabaja con 24 clientes cada seis meses y todos han aceptado recibir sus facturas o contratos de servicios vía correo electrónico.
Vilatuña también valida todo tipo de documentos digitales con la rúbrica virtual. La especialista en redes prefiere la firma electrónica porque “reduce tiempo, evita suscribir papeles y es una firma legal que se puede usar en todo tipo de trámites y de documentos”.
En total, 176 420 personas poseen una firma electrónica a escala nacional, según datos de la Agencia de Regulación y Control de las Telecomunicaciones (Arcotel), con corte hasta el 5 de septiembre pasado. Las provincias que más rúbricas de este tipo registran son Pichincha y Guayas.
El documento virtual está conformado por una serie de códigos que expiran en cierto período. La firma puede durar uno o más años, dependiendo de las necesidades de los clientes.
Las empresas autorizadas, a escala nacional, para emitir “certificado de firma electrónica” son: el Banco Central del Ecuador, el Consejo de la Judicatura y las firmas privadas Anfac, Autoridad de Certificación Ecuador C.A. y Security Data.
El costo de una firma electrónica depende del plazo y el tipo de formato, puede ir de USD 27 (‘archivo’) hasta 146 (formato ‘token’ con un plazo de seis años).
Otra posibilidad que aún no se ha explotado lo suficiente es el uso de este instrumento para contratar servicios como Internet, planes celulares móviles o televisión por cable.
César Andrés Santana, supervisor comercial y administrativo en Security Data, explicó que si bien algunas aplicaciones permiten a los usuarios ingresar imágenes de la firma física en documentos, “esto no implica que tenga validez legal”. Esto se debe a que dichas imágenes no cuentan con el código que es otorgado a un usuario de firma electrónica.
Adicionalmente, la empresa privada ofrece el servicio de contrato electrónico, el cual consiste en enviar un código, a nombre de la empresa que va a realizar la contratación, al correo personal del nuevo empleado para que pueda acceder a la información y el contrato se valide de forma automática para ambas partes.