Alex Flores, de Aede 2 (izq.) y Gabriel Garcés, gerente de DME, recorren esta firma. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
Desde inicios de este año, nueve empresas dejaron de ensamblar celulares, trasladaron sus operaciones a otro país o están en busca de un socio para hacerlo.
Desde la semana pasada Henry Aguilar, gerente de Hipertronics, está en México. El ejecutivo negocia con un socio el traslado de sus operaciones a ese país.
La negociación incluye la maquinaria, desde las piezas pequeñas, la línea de medición de frecuencias hasta el ‘know how’ de la operación.
Esta decisión sobre la firma, que produce celulares terminados con la marca Grün Mobile (teléfonos inteligentes y básicos), la tomó tras varios meses de caídas de ventas.
Hasta junio, la empresa registró una baja en la facturación del 39%, comparada con el mismo período del año pasado. En este año, la empresa no ha adquirido del exterior CKD (componentes para armar celulares).
“Al no tener nuevas importaciones de CKD, las proyecciones hasta final de año serán muy ácidas”, dijo Aguilar.
Estas ventas corresponden a la producción del 2015, pues desde enero de este año la planta, ubicada en Cuenca, no ha recibido nuevos pedidos.
La ensambladora Bmobile, en cambio, trasladó ya dos de tres líneas de producción a Argentina. La línea que resta quedará en Ecuador por si mejora la proyección para el resto del año, dijo Miguel Rendón, director de esta firma, con presencia en 22 países, y quien prefirió no dar detalles de ventas de la empresa en Ecuador.
De las 17 empresas registradas en la Asociación de Ensambladores de Electrónicos y Eléctricos del Ecuador (Aede 2), diez estaban activas hasta diciembre pasado. Hoy, nueve cerraron sus líneas de producción de ensamblaje de celulares y una está analizando hacerlo, según el gremio.
Las firmas creen que un factor que impactó al sector fue la decisión del Ministerio de Industrias (Mipro) de aumentar del 10 al 20% el porcentaje mínimo de integración de partes, piezas y software nacional para los celulares. Esta decisión se tomó mediante Resolución Nº 14 263, en junio del 2014.
Álex Flores, vicepresidente de la Aede 2, explicó que la medida encareció la cadena de producción porque -con los nuevos porcentajes- era más barato traer celulares terminados que adquirir las piezas para armarlos localmente.
El 5 de enero pasado, el Comité de Comercio Exterior (Comex), además, amplió el cupo de importación anual de celulares de USD 142,6 millones, que regía desde el 2012, a USD 250 millones.
Este documento también autorizó la importación de un dispositivo telefónico nuevo al año por cada persona natural, a través de los servicios de correo o mensajerías internacional, o su ingreso por las salas de arribo internacional de pasajeros, pasos fronterizos o puertos marítimos.
Para Gabriel Garcés, gerente general de la ensambladora DME, esta última decisión fue la “estocada final” que paralizó su operación en esta línea de negocio. La fábrica, ubicada en el norte de Quito, dejó de operar en enero del 2016.
Con la presencia de autoridades de Gobierno, DME inauguró en el 2014 su línea de producción de celulares, recuerda Garcés. La ambiciosa meta de emplear a 122 personas y alcanzar una producción de 212 000 unidades anuales se logró el 2014. Pero en
el 2015 la producción alcanzó 40 000 unidades.
La planta incluso llegó a maquilar la marca estadounidense de celulares Jezz.
Ahora, las mesas de los 31 cubículos de producción que componen la planta lucen vacíos. En un espacio de este complejo solo quedan apiladas más de 50 cajas que contienen piezas que no han podido ser utilizadas desde el año pasado.
Las 31 personas que aún tiene en nómina están en el área administrativa y de ensamblaje de cocinas de inducción.
El sector de ensamblaje en general es uno de los pilares para el cambio de la matriz productiva en este Gobierno, según un informe de rendición de cuentas del Mipro del 2014 disponible en la web.
Desde el año pasado, representantes de las ensambladoras de celulares se han reunido con autoridades gubernamentales para definir cómo impulsar al sector. Y en abril del 2015 se llegó a plantear que las tres operadoras de telefonía móvil adquieran un porcentaje de equipos locales, pero no se concretó.
Este Diario envió un cuestionario al Mipro en el cual se consultó el número de ensambladoras de celulares operativas a la fecha, cuántas cerraron, a qué se deben esos resultados, y cuál es papel del Mipro para mejorar el sector. El Mipro únicamente respondió que en el país existen seis ensambladoras en esa línea de negocio que se encuentran activas, con importaciones y ensamblaje de CKD.
Una de las empresas activas es Ciro Smart, de Quito. Paúl Escobar, gerente de la firma, dijo que analiza a mediano plazo sustituir su línea de negocio.
Según un informe del Mipro, con fecha 23 de mayo pasado, y al que tuvo acceso este Diario, Conecel adquirió más de
140 000 equipos ensamblados, sobre todo de stock, el año pasado.
Otecel argumentó que no adquirieron celulares locales debido a que el escenario de compra local no es competitivo. CNT, en cambio, indicó que se debiera implementar un plan de posicionamiento de las marcas locales que permita posicionar el producto y evitar el riesgo de inversión en inventarios que no sea valorados por el cliente final; no obstante, comprometió espacio en perchas en sus puntos de venta.
En contexto
El ensamblaje de teléfonos móviles (celulares) inició actividades en Ecuador en el 2009. Para incentivar al sector, en el 2012 el Gobierno estableció una restricción cuantitativa anual para la importación de celulares terminados, vigente hasta la fecha.