Este año, las obligaciones con estos entes representarán 40% de la deuda externa. Foto: Archivo/ EL COMERCIO.
Los créditos multilaterales alcanzaron una cifra récord este año. Las acreencias con estas entidades casi se triplicaron desde el 2010. Hace una década, esta deuda ascendía a USD 5 257 millones, pero en septiembre del presente año llegó a USD 13 932 millones.
En este año de emergencia sanitaria, los organismos multilaterales fueron los principales financistas del Estado, otorgando créditos de emergencia, líneas de crédito con montos excepcionales de libre disponibilidad, explica Jaime Carrera, secretario del Observatorio de la Política Fiscal.
El Gobierno todavía espera tres desembolsos de estos entes, por USD 2 650 millones hasta diciembre.
Está previsto que mañana se reúna el directorio del Banco Mundial (BM) para decidir sobre un desembolso de USD 500 millones. Este mes, además, se espera que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) entregue un total de USD 150 millones, que son parte de una línea de USD 300 millones, que fue aprobada en el 2019 para gestión fiscal.
Y hasta la segunda quincena de diciembre debiera llegar un desembolso de USD 2 000 millones de libre disponibilidad, como parte del programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Los tres montos están atados a condiciones para el Gobierno y, si se concretan, la deuda con los multilaterales sumaría unos USD 16 000 millones, dice Carrera. Esto es casi 40% de la deuda externa.
A diferencia de otro tipo de préstamos, estos créditos tienen tasas de interés más bajas y plazos de pago más largos.
Una emisión de bonos, por ejemplo, le costaría a Ecuador una tasa de interés sobre el 10%, pero el crédito multilateral tiene tasas de 3% o menos.
Carrera explica que el monto alcanzado con multilaterales es histórico y destaca que este año se ha dado un mayor crecimiento de esta deuda porque el multilateralismo incrementó su asistencia a los países más afectados por la pandemia.
El Secretario considera que no se deberían estigmatizar las condiciones atadas a estos programas de financiamiento. “Son cosas relacionadas a disciplina fiscal que todos los gobiernos deben cumplir con o sin acuerdos”, señaló.
Según el ministro de Finanzas, Mauricio Pozo, los compromisos para recibir el dinero del BID y Banco Mundial ya se cumplieron. Pero el desembolso del FMI todavía depende de que se promulgue una ley anticorrupción.
El Ejecutivo envió una propuesta al Legislativo en marzo, pero el documento aún no llega a primer debate. Pozo cree que el requisito se cumplirá.
Otro acreedor que ha perdido participación, pero que sigue entre las opciones del Gobierno, es China. Hasta septiembre, la deuda con China ascendía a USD 5 288 millones, menor a los USD 9 612 millones registrados en el 2016.
Desde diciembre del 2018, las arcas fiscales no han recibido dinero de ese país.
Este año, sin embargo, se espera un nuevo préstamo chino, aunque el proceso -atado a una operación comercial de venta de crudo- todavía no se confirma. Pozo reconoció que está buscando un plan B, porque es posible que ese dinero no llegue este año.
Fausto Ortiz, exministro de Finanzas, considera que será complejo cerrar esa operación con China, y cree que la alternativa será incurrir en más atrasos.