La falta de reglas claras dentro de la organización de la empresa suele representar un problema para la continuidad de las firmas. Foto: Archivo/ EL COMERCIO
¿Qué tienen en común Lego, Peugeot y Wallmart? Además de ser gigantes en su área de negocio, las tres firmas son exitosas empresas familiares.
Natalia Christensen, directora del Instituto Latinoamericano de la Empresa Familiar y expositora argentina en el Foro de Familias Empresarias que culminó ayer, 15 de julio del 2015, en la Universidad Espíritu Santo, comenta que uno de los conceptos errados más comunes que giran en torno a las empresas familiares, es que estas tienen que ser negocios pequeños en los que trabajan solo miembros del núcleo familiar.
“Si juntamos a las 500 mayores empresas familiares del mundo, con todo el dinero que producen, se convertirían en el tercer país más rico del mundo”, añade Christensen.
La estadística que reseña la importancia de la empresa familiar se repite en Ecuador, América Latina y el mundo, entre el 70 y el 90% de las empresas son familiares.
De ahí que los expertos que se dieron cita al foro organizado en Guayaquil por la Universidad Espíritu Santo (UEES), coinciden en que es necesario que quienes conforman estas firmas se capaciten y eviten cometer los errores más comunes que podrían acabar con los negocios.
Estos son los cinco errores que amenazan el bienestar de los negocios familiares:
1. Las estadísticas globales señalan que de primera a segunda generación muere el 70% de las empresas familiares y de segunda a tercera generación, solo queda un 10%. Christensen señala que esto no es por falta de financiamiento o porque el producto o servicio de la firma pierda calidad, sino por conflictos de intereses.
Cuando el líder de la empresa muere o ya no puede seguir dirigiendo, encontrar el sustituto para ese puesto de liderazgo causa disputas.
Es un error que las empresas familiares no desarrollen protocolos de sustitución de manera anticipada para evitar que se tomen decisiones basadas en “emociones”. En estos protocolos, además, es ideal que se establezca si lo más saludable para la empresa es que la familia esté en la gestión, en la dirección o solo en el puesto de propietaria.
2. La falta de comunicación afecta a cualquier negocio, pero Christensen cuenta que en los estudios y consultorías que ha realizado, ha notado que es más común que en las empresas familiares se den problemas de comunicación. Por un lado, los fundadores de las empresas, suelen ser renuentes a entrar en detalles de la situación financiera real de la empresa con sus hijos o futuros herederos.
“Hay poca comunicación porque a veces los líderes no quieren llevar los problemas de la oficina a la casa y no dan a conocer a la familia la información financiera global de la empresa, pero luego cuando muere el líder, de un momento a otros los herederos se dan cuenta que la empresa no estaba tan bien como creían”, señala la experta.
Ella añade que en consultorías y asesorías que estas empresas contratan, los líderes solo suelen invitar a los hijos con cargos dentro de la empresa. Sin embargo, eso constituye un error, puesto que lo ideal es que todos los futuros herederos asistan, aunque no trabajen en la empresa.
3. Cuando una empresa familiar es madura, el presupuesto de la familia y el de la empresa deben ser como el agua y el aceite. Es común que en los pequeños negocios familiares, se use el dinero que se genera en la actividad económica para cualquier calamidad doméstica, pero cuando la empresa se ha crecido, es inaceptable que el líder saque dinero de la empresa, por ejemplo, para pagar la maestría de uno de sus hijos.
Aunque no se debería dar, estas situaciones son muy comunes incluso en empresas grandes y a larga pueden pasar factura a la estabilidad de la empresa.
4. Otro error conceptual es creer que al vender acciones o al abrir el capital, los miembros de la familia están traicionando al líder fundador. De ahí que muchas empresas familiares no quieran entrar a cotizar en Bolsa, a pesar de que a veces necesitan financiamiento, y en otros casos, vender acciones represente la expansión y crecimiento del negocio un paso más adelante.
La empresa no deja de ser familiar si entra un nuevo socio externo. La familia puede continuar con parte de las acciones, tomando decisiones en la dirección, desde la administración, etc. “Una recomendación saludable para un círculo virtuoso en la empresa familiar es que si venden o no acciones, hagan periódicamente la valoración de estas”, recalca Christensen.
5. Aunque el nepotismo hace referencia a la preferencia a los parientes en empleos públicos, esta misma práctica es común en algunas empresas familiares y también puede afectar el desempeño de la empresa.
Si se está tomando en cuenta para un cargo a un miembro familiar, pero este no aporta valor porque no tiene las mismas capacitaciones que un miembro externo, al final el negocio no tendrá un desempeño eficiente.
Otro error, sin embargo, también está en el otro extremo. Hay empresas en las que los familiares se sobre cargan de trabajo porque desconfían de que alguien externo tenga el mismo nivel de compromiso. La capacitación constante del personal y de la familia es clave para evitar estos problemas.