Enrique Manobanda trabajaba como mecánico calificado en una empresa de carrocerías, en Ambato. Los problemas por el paro indígena de 2019, sumados a la paralización de las actividades económicas generadas por la pandemia, provocaron un descenso en esta actividad productiva.
En ocasiones laboraba por horas y otras se quedaba en casa descansando, pero el dinero no alcanzaba para cubrir sus necesidades. En agosto del 2021 migró a Estados Unidos junto con su familia.
Manobanda es parte del 40% de mano de obra calificada que el sector carrocero perdió en los últimos dos años. Él viajó a Estados Unidos y Europa. Actualmente vive en Nueva York, donde labora en una mecánica. “Acá hay trabajo, gracias a Dios. En Ecuador la situación era difícil y por eso migré”.
Un informe de la Cámara Nacional de Fabricantes de Carrocerías (Canfac) indica que al menos 2 400 de los 6 000 obreros calificados que laboraban en las 45 empresas carroceras en el Ecuador están en el extranjero o tienen sus propios emprendimientos, como talleres de pintura, tiendas o laboran en la confección de ropa.
La migración incide en la tecnificación
El presidente de la Canfac, Víctor Hugo Cepeda, explicó que este fenómeno impidió, en los talleres, llenar las vacantes con técnicos calificados como mecánicos, soldadores, electricistas y pintores.
“Ahora deberemos invertir recursos en la capacitación de la mano de obra y luego calificarles. Eso representa una inversión para las empresas de al menos USD 400 por persona, aunque hay preocupación de que nuevamente el personal se vaya del Ecuador”.
El dirigente mencionó que antes el Servicio Ecuatoriano de Capacitación Profesional (Secap) formaba a los técnicos que requiere este sector. También los colegios técnicos dejaron de sacar especialistas en las ramas de electricidad, mecánica, suelda y otras ramas de esta área productiva.
La crisis en este sector arrancó en 2019, con el paro indígena. A pesar de eso, el sector carrocero fabricó en ese año 1 969 carrocerías a escala nacional, de acuerdo con los datos de matriculación proporcionados por la Agencia Nacional de Tránsito (ANT).
En este listado constan los buses en las modalidades urbano, interprovincial, turismo, escolares, intercantonal y parroquial. En 2020, con la pandemia que se inició en marzo, bajó a 501 carrocerías. En 2021 alcanzó las 390, debido a que la transportación fue uno de los últimos sectores productivos que se reactivó.
Entre enero y septiembre de este 2022 se fabricaron alrededor de 500 unidades. Los empresarios del sector aspiran a terminar con 700 buses matriculados.
La capacitación es urgente
Carrocerías Cepeda no ha logrado cubrir 40 vacantes con especialistas. Casi la mitad de su gente tiene algo de experiencia en mecánicas y talleres de pintura.
Algo similar sucede con la empresa Varma, que no ha podido reemplazar a 18 de los 50 colaboradores que trabajan en la fábrica. Santiago Vargas, presidente de esta institución, mencionó que busca los mecanismos para reemplazar a los obreros que se fueron.
Antes de estas crisis se buscaba un soldador, pintor, electricista calificado; se presentaban entre 30 y 40 carpetas. Ahora apenas llegan tres o cuatro, pero se trata de gente sin experiencia y con algo de conocimientos.
Los empresarios no pueden arriesgarse a contratar gente sin conocimientos, especialmente para los buses en que se transportan pasajeros. “Estamos cumpliendo con todas las normas que exige la ANT, la seguridad es lo principal”, puntualiza Vargas.
Nicolás Moya trabaja en el sector carrocero más de seis años; es uno de los maestros en suelda calificados. Hace un año regresó a laborar dentro de la empresa Varma. Él intentó colocar su propio taller de suelda, pero no le fue bien y decidió solicitar nuevamente trabajo.
Otra empresa afectada por la falta de la mano de obra calificada es Carrocerías Jácome, de la ciudad de Guayaquil y con sucursal en Ambato. Veinte de sus técnicos se fueron al extranjero y tienen sus propios emprendimientos.
“Ya no desean regresar porque en ocasiones hay trabajo y en otras no. El sector de la transportación está en recuperación y nosotros dependemos de ellos”, comentó Wladimir Jácome, gerente de la compañía. Como en otras empresas del sector, la contratación a tiempo completo es compleja, mientras dure el impacto de la crisis económica a escala nacional.
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