Integrantes de la segunda caravana de migrantes, en su mayoría hondureños, cruzan a pie el río Suchiate por una parte que no es muy profunda y que separa a Guatemala de México, en un nuevo intento por continuar su travesía hacia Estados Unidos hoy, lunes 29 de octubre de 2018, en Tecún Umán (Guatemala). Foto: EFE
Donald Trump advirtió a la caravana de migrantes centroamericanos que buscan llegar a Estados Unidos que los militares los están “esperando”, en un momento en que el Pentágono anunció un despliegue adicional de 5 200 efectivos a medida que la marcha que partió en Honduras avanza por México.
Este despliegue representa un considerable incremento a la presencia militar en la frontera, donde 2.100 efectivos de la Guardia Nacional trabajan desde abril para dar asistencia logística.
“De aquí al final de la semana vamos a desplegar cerca de 5.000 soldados en la frontera suroeste”, dijo a la prensa el general de aviación Terrence O’Shaughnessy.
El anuncio se produce en un momento en que un grupo de miles de migrantes, que lleva más de dos semanas avanzando desde la hondureña San Pedro Sula con el objetivo de llegar a Estados Unidos, ya se encuentra en el estado mexicano de Oaxaca, en el sur del país.
Marisol Hernández, una joven de 23 años que se unió a la caravana pese a que está embarazada, contó que huyó de su país después de que los miembros de una mara mataron a su marido de un “balazo en la cien” hace dos meses.
“Por momentos quiero regresarme (a Honduras) porque creo que ni yo ni el niño (que espera) vamos a soportar” el trayecto hasta Estados Unidos, dice casi murmurando por el agotamiento.
Pero paulatinamente recobra las fuerzas, pensando en el sueño de que su hijo sea “norteamericano”.
“No vamos a permitir que un grupo grande de personas entre en Estados Unidos de una forma peligrosa e ilegal”, dijo por su parte Kevin McAleenan, el comisionado de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP).
La CBP estimó que hay un primer grupo de cerca de 3.500 personas que está entre Oaxaca y Chiapas, en el sur de México, y otro de cerca de 3.000 que se ha congregado en la frontera entre Guatemala y México.
En plena campaña para las elecciones de mitad de mandato que se celebran el 6 de noviembre, Trump ha advertido que se necesitan más tropas para reforzar la seguridad en la frontera.
“Regresen”
Este lunes Trump volvió a arremeter contra la caravana de migrantes.
“Por favor, regresen, no serán admitidos en Estados Unidos a menos que pasen por el proceso legal. ¡Esto es una invasión de nuestro país y nuestros militares los están esperando!”, agregó.
La organización de defensa de los derechos humanos ACLU recordó que está prohibido por la ley que el personal militar se encargue de las leyes migratorias y que no hay una emergencia que justifique este despliegue.
“El presidente Trump eligió justo antes de las elecciones de medio mandato obligar a los militares a impulsar su agenda de miedo y división contra la inmigración”, dijo Shaw Drake, consejero de ACLU en la localidad fronteriza de El Paso, en Texas.
Pese a las amenazas, la caravana de hondureños seguía su avance por México y recorría este lunes un trecho de 56 kilómetros entre Tapanatepec y Niltepec, donde se espera que los líderes de la marcha den una conferencia de prensa.
Las autoridades mexicanas intentaron este lunes blindar su frontera con Guatemala para detener el paso de otros migrantes que buscan también llegar a Estados Unidos.
México desplegó policías antimotines en la frontera, desplazó lanchas de la Marina en el limítrofe río Suchiate y soldó púas en los portones metálicos en el puente sobre el afluente, para disuadir a los hondureños de continuar la peligrosa travesía a pie.
El domingo, un hondureño murió por el impacto de una bala de goma disparada por policías mexicanos que intentaron detener a más de un millar de migrantes, según dijeron testigos en el lugar.
Cientos de migrantes cruzan el río
Pese al despliegue, centenares de migrantes hondureños se lanzaron este lunes al caudaloso río Suchiate con el objetivo de burlar el blindaje.
En balsas artesanales hechas con neumáticos, a nado o haciendo una cadena humana para evitar ser arrastrados por la corriente, los hondureños llegaron a suelo mexicano, donde las autoridades federales permitieron su ingreso.
El cruce estuvo vigilado por embarcaciones de la marina mexicana, mientras un helicóptero de ese país sobrevolaba muy cerca de los migrantes.
En tanto, las autoridades guatemaltecas se preparan para la llegada a la localidad de Tecún Umán, donde está la frontera con México, de unos 350 salvadoreños, que el domingo iniciaron una caravana con el objetivo de alcanzar suelo estadounidense y que ya están en territorio guatemalteco.