Aparecen las primeras protestas contra el golpe de Estado en Tailandia

Manifestantes anti-golpistas tailandeses sostienen pancartas durante una protesta contra el golpe de Estado cerca de Monumento a la Victoria en Bangkok, Tailandia, 25 de mayo de 2014. Foto: Narong Sangnak/ EFE

Pese la prohibición de manifestarse, cientos protestaron hoy, domingo 25 de mayo, a gritos en un barrio comercial de Bangkok contra el golpe de Estado perpetrado el pasado jueves por el Ejército de Tailandia, que apoyó hoy la casa real, mientras la junta militar continuó cimentando su poder.
"Queremos demostrar al mundo que muchos tailandeses no están de acuerdo con este golpe ilegal", dijo uno de los manifestantes, un empresario de la construcción de 59 años que salió a la calle desafiando la ley marcial decretada el pasado martes, que prohíbe concentraciones públicas de más de cinco personas.
"¡Lárguense!, gritaron los manifestantes dirigiéndose a los soldados que marchaban por las calles de Bangkok armados y vestidos con uniformes de combate. Según testigos, los militares detuvieron a al menos tres manifestantes. El Ejército había advertido contra las protestas.
"Queremos transmitir a la comunidad internacional confianza en la estabilidad de Tailandia", dijo también el portavoz Winthai Suwaree en un comunicado que tuvieron que retransmitir todos los canales de televisión. Docenas de defensores del golpe salieron también a las calles de Bangkok.
Este domingo, 25 de mayo, también fue arrestado Pravit Rojanaphruk, un conocido columnista del periódico Nation. A raíz del golpe de Estado ya habían sido detenidos unos 150 políticos, académicos y activistas, algunos de los cuales permanecerán retenidos en torno a una semana "para relajarse", dijo hoy el portavoz militar Werachon Sukhondhadhpatipa.
Sin embargo, una fuente allegada a la junta militar aseguró hoy que la ex primera ministra Yingluck Shinawatra -destituida hace poco más de dos semanas por una controvertida decisión de un tribunal- no fue detenida, sino que solo se le ha citado para un interrogatorio. Sin embargo, esa información no ha podido ser confirmada de forma independiente. Mientras tanto, los militares tailandeses continuaron cimentando su poder tras el golpe del jueves.
El Consejo para la Paz Nacional y el Mantenimiento del Orden, que fue rebautizado hoy como Consejo Nacional para la Paz y el Orden, instauró por decreto un tribunal militar para perseguir todas las violaciones de las órdenes de la junta militar y los delitos de lesa majestad. De esta manera, el ejército ha limitado las competencias de los tribunales civiles, las únicas instituciones tailandesas que aún funcionan de forma independiente.
El jefe del Ejército, Prayuth Chan-ocha, había completado el sábado, 24 de mayo, la toma total del poder con la disolución del Senado, la única institución elegida parcialmente de forma democrática en Tailandia que seguía funcionando después del golpe.
Prayuth quiere nombrar un consejo legislativo de tecnógratas que impongan reformas antes de la celebración de nuevas elecciones, precisamente lo que llevan pidiendo desde noviembre los opositores al gobierno.
Prayuth derogó la Constitución, asumió personalmente el cargo de jefe de gobierno y repartió las competencias de los ministerios entre los comandantes de la Marina, la Fuerza Aérea y el Ejército. "No estamos haciendo esto por sed de poder, sino para el bien del país", aseguró el teniente Werachon Sukhondhadhpatipa en una entrevista con la emisora británica BBC.
El oficial militar se abstuvo de pronosticar el tiempo que el ejército piensa permanecer en el poder. "Puede ser más tiempo que cuando el golpe de Estado de 2006, porque el ejército se enfrenta ahora a una oposición mucho más compleja y bien organizada", dijo por su parte Panitan Wattanayagorn, politólogo de la Universidad de Chulalongkorn. Entre tanto, la emisora estatal MCOT aseguró que la casa real tailandesa ha aprobado el golpe de Estado y que Prayuth será confirmado durante una ceremonia este lunes como jefe del Consejo Militar con el consentimiento de la monarquía.
Tailandia es una monarquía constitucional en la que el rey Bhumibol Adulyadej, de 86 años, sólo tiene una función representativa. Sin embargo, cuenta con un profundo respeto en el país, donde es considerado una institución moral.
La lealtad a la corona siempre se explotó también en la lucha política que sacude a Tailandia desde hace más de una década. Sin ir más lejos, los opositores que desde noviembre protestaron contra el gobierno acusaban a su mentor y exprimer ministro Thaksin Shinawatra de falta de fidelidad a la monarquía.
El golpe de Estado ha sido condenado por gobiernos en todo el mundo. Estados Unidos canceló un tercio de su ayuda militar a Tailandia, unos USD 3,5 millones.