Las autoridades peruanas dijeron este 23 de septiembre del 2021 que decidieron cremar el cuerpo de Abimael Guzmán, el fundador del grupo rebelde Sendero Luminoso que mató a decenas de miles de ciudadanos en las décadas de 1980 y 1990, y esparcir sus cenizas en un lugar no revelado.
La incineración terminaría con una semana de controversia sobre qué hacer con el cuerpo de una de las figuras más despreciadas de Perú. Guzmán murió en prisión el 11 de septiembre a los 86 años por una infección mientras cumplía cadena perpetua por terrorismo.
La viuda de Guzmán, Elena Iparraguirre, exlíder de Sendero Luminoso que también está encarcelada por terrorismo, había buscado cremar el cuerpo pero quedarse con las cenizas, dijo un abogado a Reuters la semana pasada.
El abogado, Sebastián Chávez Sifuentes, no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
La cremación fue posible gracias a una nueva ley, aprobada el 16 de septiembre, que permite a las autoridades peruanas incinerar y disponer de las cenizas de quienes mueren luego de ser condenados por terrorismo.
El fiscal general de Perú dijo en un comunicado anunciando la decisión que se desharía de las cenizas de Guzmán en un plazo de 24 horas.
El exprofesor de filosofía purgaba prisión perpetua desde 1992, cuando fue capturado por un comando de inteligencia policial en una vivienda de Lima luego de haber permanecido por varios años en la clandestinidad al mando del grupo subversivo.
Guzmán, que viajó a China a fines de la década de 1960 y se cautivó de la Revolución Cultural de Mao Tse-tung, fundó Sendero Luminoso en la década de 1970 e inició su lucha armada en 1980.
La guerra de Sendero Luminoso con las fuerzas de seguridad dejó unos 69 000 muertos y desaparecidos, entre civiles y militares, tras dos décadas de intensos choques, asesinatos selectivos y atentados casi a diario con coches bombas a entidades públicas y privadas, según una Comisión de la Verdad.