El papa Francisco destituyó ayer al obispo alemán Franz-Peter Tebartz-van Elst, criticado por su estilo autocrático y una fuerte propensión al lujo que lo llevó a construir una millonaria residencia episcopal en la ciudad de Limburgo, en el sur del país.
En la diócesis de Limburgo surgió una situación “que impide una fructífera labor del cargo episcopal” por parte de Tebartz-van Elst, por lo cual la Santa Sede decidió aceptar la renuncia ofrecida por el prelado, señaló ayer un comunicado del Vaticano.
Tebartz-van Elst, de 54 años, había sido responsabilizado por el disparado aumento de los costos de la construcción de la sede episcopal de Limburg.
El valor inicial estaba previsto en 2,5 millones de euros pero fue subiendo hasta más de 31 millones de euros.
El consejo de administración del episcopado acusó al obispo de hacer costosos pedidos especiales, como una bañera de 15 000 euros. Además, sacerdotes de su diócesis y feligreses se habían quejado de su estilo autoritario.
Una carta de protesta de los católicos de Fráncfort en agosto del 2013 desató el escándalo y poco después, el obispo era suspendido por el Pontífice. Un tribunal de Hamburgo suspendió en noviembre un juicio contra el obispo a cambio del pago de 20 000 euros.
El Vaticano indicó que le será encargada otra tarea en el momento oportuno, y mientras tanto designó a un administrador apostólico para el obispado.