El 'niño soldado' Omar Khadr pide a canadienses que le den 'una oportunidad'
En su primera aparición en público tras 13 años en prisión, Omar Khadr, el 'niño soldado' canadiense que fue capturado a los 15 años de edad en Afganistán, agradeció a los canadienses su comprensión y les pidió que le "den una oportunidad. Les sorprenderé".
Khadr, de 28 años en la actualidad, compareció sonriente y relajado ante los medios de comunicación en la puerta de la casa de su abogado, Dennis Edney, en la localidad de Edmonton, en el oeste de Canadá, donde vivirá tras ser puesto el 7 de mayo del 2015 en libertad bajo fianza por una jueza canadiense.
Edney recordó a los medios de comunicación antes de ceder la palabra a Khadr que "es la primera vez que ha estado fuera desde que tenía 15 años".
"Quiero agradecer a los tribunales por ponerme en libertad. Me gustaría agradecer a mis abogados y sus familias por todo el trabajo que han estado haciendo desde hace tanto tiempo. Y me gustaría agradecer al público canadiense por confiar en mí y darme una oportunidad", dijo Khadr en sus primeras palabras públicas.
"Les voy a probar que soy más que un nombre. Les quiero demostrar que soy una buena persona", declaró con voz calmada.
Khadr, hijo menor de Ahmed Said Khadr, un egipcio-canadiense considerado como uno de los miembros fundadores de Al Qaeda y cercano a su fundador, Osama bin Laden, fue capturado en Afganistán en 2002 por las fuerzas estadounidenses tras una batalla con talibanes.
Ahmed Said Khadr murió en 2003 en Pakistán abatido por las fuerzas de seguridad del país durante un enfrentamiento armado.
Omar Khadr, el único superviviente de la batalla entre soldados estadounidenses y talibanes, fue trasladado malherido a la prisión de Guantánamo en 2002, donde permaneció hasta 2012.
En 2010, tras ocho años de cautiverio en Guantánamo, Khadr asumió la responsabilidad de la muerte de un soldado estadounidense muerto en la batalla en la que fue capturado y fue condenado a ocho años de prisión por crímenes de guerra.
Pero tras ser transferido a Canadá en 2012, Khadr apeló su convicción alegando que fue realizada tras sufrir años de abusos y torturas y para poder abandonar Guantánamo.
Khadr fue el último prisionero occidental que dejó la prisión de la base militar estadounidense en Cuba por la negativa del Gobierno canadiense a aceptar su transferencia durante años.
El primer ministro canadiense, el conservador Stephen Harper, ha mostrado en numerosas ocasiones su desdén por Khadr, ignorando el hecho de que era un menor en el momento de su captura o las circunstancias de su confesión.
Hoy, tras conocer la decisión del Tribunal de Apelaciones de Alberta, el Gobierno de Harper volvió a reiterar su descontento con la liberación de Khadr y recordó que es un "terrorista convicto" culpable de "delitos atroces".
A preguntas de los medios de comunicación, Khadr pidió perdón "por el dolor que he causado a las familias de las víctimas. No puedo hacer nada sobre el pasado pero espero que pueda hacer algo sobre el futuro".
Al ser preguntado sobre su padre, Khadr señaló que "hay muchas cosas que me gustaría preguntarle a mi padre. Como digo no puedo cambiar el pasado. Lo único que puedo hacer es trabajar en el presente y el futuro" y añadió que cuestionaría a su padre "sobre todo".
"Muchas de las decisiones que tomó. La razón por la que nos llevó allí (a Afganistán). Toda una serie de preguntas sobre las razones por las que tomó sus decisiones vitales", añadió antes de aclarar que el camino que tomó su padre no es el que él quiere seguir en el futuro.
Preguntado sobre el extremismo, Khadr aconsejó a los individuos que se eduquen, "la educación es muy importante. Hay mucha gente que es manipulada por no estar educada" y dejó claro que ya no cree en la violencia y el yihadismo.
"Quiero empezar de nuevo. Hay demasiadas buenas cosas en la vida que quiero experimentar", indicó Khadr, quien también reveló que le gustaría trabajar en el futuro en el campo sanitario.
"Creo que hay que identificarse con las personas en el dolor y he experimentado dolor, por lo que creo que puedo identificarme con las personas que lo padecen", explicó.
Khadr también tuvo palabras para el primer ministro canadiense y añadió que "no le voy a defraudar. Soy mejor que la persona que él piensa que soy", dijo con una sonrisa.