En Chile rige la Constitución de 1980, redactada por un grupo convocado por Augusto Pinochet. Foto: EFE
La presidenta chilena, Michelle Bachelet, afirmó el jueves 21 de julio del 2016 que “el proceso constituyente sigue avanzando a paso firme”, en alusión a su iniciativa para reemplazar la Constitución del año 1980, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
“Personalmente creo que hoy necesitamos ponernos de acuerdo respecto de las reglas básicas y los valores trascendentes para nuestro país, pero ello no va a ser posible sin permitir que los ciudadanos se expresen directamente”, aseveró la mandataria, al convocar a la segunda etapa participativa de Cabildos provinciales para debatir la futura Constitución, que se efectuará el próximo fin de semana.
En Chile rige la Constitución de 1980, redactada por un grupo convocado por Pinochet y aprobada en un plebiscito sin acceso de los opositores a los medios de comunicación, sin registros electorales, sin debate, ni control de los escrutinios.
Esa Constitución creó senadores “designados” por las autoridades y no electos a fin de asegurar el control del Parlamento a los herederos del régimen militar y un sistema electoral donde con un tercio de los votos se obtenía la mitad de los escaños del Congreso.
Las normas más extremas de esa Constitución fueron modificadas durante el Gobierno del presidente Ricardo Lagos (2000-2006) pero otras persisten -como los altos quórum requeridos para modificar la carta magna- y la coalición gobernante encabezada por Bachelet convocó a los ciudadanos a debatir la nueva Constitución, una medida inédita en Chile.
La primera etapa del proceso fue la realización de reuniones locales. Bachelet detalló hoy que en esta instancia hubo más de 9.200 encuentros -con participación de entre diez a veinte personas cada uno- a los que se sumaron 89 200 consultas individuales. “Estamos satisfechos con esas cifras”, subrayó la mandataria, quien aseguró que es “muy emocionante” ver cómo personas de distintas características se sienten parte de este proceso. “Decidimos abrir espacios de participación para los ciudadanos, para construir una Constitución que todos sintamos como propia y eso estamos haciendo”, dijo.
El próximo fin de semana se inician los Cabidos Provinciales y en una tercera etapa habrá encuentros regionales. Sólo entonces el gobierno definirá una forma de ratificar las nuevas normas constitucionales y Bachelet aún no define si habrá o no una Asamblea Constituyente o un plebiscito y cual será el rol del Congreso para sancionar la nueva carta magna.
“Este proceso a lo que contribuye es a construir un país desde la confianza, y vamos a seguir asegurando la transparencia de todo el proceso. La gente va a querer saber si lo que ellos discutieron y hablaron fue de importancia y queda representado”, sostuvo Bachelet. “Yo sigo sin entender cómo hay algunos que le temen a la voz ciudadana, que es nada menos que el cimiento de la democracia”, concluyó Bachelet.