Fotografía cedida por la Marina Armada de México que muestra el arsenal decomisado. El grupo criminal utilizaba un escondite subterráneo para esconder el armamento. Foto: EFE.
Personal de la Secretaría de Marina de México localizó un escondite subterráneo que era utilizado por un grupo criminal para almacenamiento de armamento, durante un patrullaje terrestre en el municipio de Reynosa, estado de Tamaulipas, informó este 8 de julio la institución.
En un comunicado conjunto con el Grupo de Coordinación Tamaulipas, integrado por instituciones de seguridad federales y estatales, señaló que la acción, realizada el martes 7 de julio, “se derivó de una labor de inteligencia desarrollada en las inmediaciones de ese municipio fronterizo” con Estados Unidos.
En la operación fueron decomisados 33 fusiles, 3 subametralladoras y 3 lanzagranadas de 40 milímetros, 1 700 cargadores para armas largas y cortas y 6 532 cartuchos para diversas armas. En la operación no fue detenida ninguna persona y el arsenal fue puesto a disposición del agente del Ministerio Público en Tamaulipas, indicó el boletín, sin precisar a qué grupo criminal se atribuye la acumulación de esas armas.
Por otra parte, el Grupo de Coordinación Tamaulipas informó que policías estatales capturaron a Rigoberto Carranza Valay, presunto segundo al mando de un grupo delincuencial que opera en la zona sur del estado y quien recibía órdenes de José Silvestre Haro, jefe regional en el puerto de Tampico.
Con Carranza Valay también fueron detenidos José Inés Mellado Noriega y Edgar Fernando García Hernández por sus presuntos vínculos con ese grupo, responsable de numerosas extorsiones.
En el operativo, realizado ayer en el municipio de Tampico, los agentes también decomisaron 15 vehículos entre automóviles, camionetas y una motocicleta de reciente modelo, producto de diversas extorsiones. Así como también 75 dosis de marihuana y 10 de cocaína, un arma, dos granadas, cartuchos y cargadores.
Durante años Tamaulipas, en el noreste de México, ha sido escenario de violentos choques entre grupos del crimen organizado, principalmente el cártel del Golfo y los Zetas, y de estos con las fuerzas de seguridad. El Gobierno federal implementó en mayo del año pasado una nueva estrategia de seguridad que involucra un despliegue mayor de fuerzas federales y la depuración completa de los cuerpos de seguridad del estado.