Oposición y chavismo se miden en marchas bajo alta tensión en Venezuela

Los manifestantes queman un monigote del presidente Nicolás Maduro durante una protesta en el lado este de Caracas el 19 de abril de 2017. Venezuela se preparó para las manifestaciones rivales por y contra el presidente Nicolás Maduro, cuyo empujón para a

Los manifestantes queman un monigote del presidente Nicolás Maduro durante una protesta en el lado este de Caracas el 19 de abril de 2017. Venezuela se preparó para las manifestaciones rivales por y contra el presidente Nicolás Maduro, cuyo empujón para a

Miles de opositores y seguidores del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro miden este miércoles ,19 de abril del 2017, sus fuerzas en manifestaciones contrapuestas en la calle, entre los primeros brotes de violencia que ya causaron una herido.

Los manifestantes queman un monigote del presidente Nicolás Maduro durante una protesta en el lado este de Caracas el 19 de abril de 2017. Venezuela se preparó para las manifestaciones rivales por y contra el presidente Nicolás Maduro, cuyo empujón para apretar el poder ha provocado oleadas de Mortales disturbios que han agravado la crisis política y económica del país. Foto: AFP

En lo que prometió como "la madre de todas las marchas", la sexta en abril, la oposición exige elecciones generales y respeto al Parlamento, único de los poderes públicos que controla.

"Hay que salir de esta dictadura. Estamos cansados, queremos elecciones para que salga Maduro del gobierno porque tiene al país destruido. ¡No tengo miedo!", declaró Ingrid Chacón, una secretaria de 54 que ondeaba una bandera venezolana en una concentración en Plaza Altamira, este de Caracas, feudo de la oposición.

Los opositores convocaron manifestaciones en todas las ciudades de Venezuela, y en la capital establecieron unos veinte puntos de concentración para luego confluir en el centro histórico de Caracas.

Pero Maduro les advirtió que no podrán entrar a esa zona, bastión de los chavistas, donde ya miles de sus seguidores vestidos de rojos se manifiestan, igual que en el oeste de la ciudad.

"Estamos resteados (firmes) con Maduro por lealtad a nuestro comandante eterno", dijo desde la manifestación oficialista Nancy Guzmán, docente de 50 años, al referirse al expresidente Hugo Chávez, fallecido en 2013.

La tensión está al tope. En San Bernardino, noroeste de Caracas, un joven de 19 años resultó herido de bala en la cabeza, al ser alcanzado por disparos de un grupo de hombres en moto que también lanzaron bombas lacrimógenas contra una concentración opositora, narraron testigos.

Maduro activó un operativo militar y policial para "derrotar el golpe de Estado", del que acusa a la "derecha apátrida venezolana" y a Estados Unidos. En un comunicado, la oposición denunció que el plan "busca intimidar" y muestra "la fragilidad y el temor al pueblo en la calle".

Contingentes militares y policiales restringen el paso y bloquean importantes accesos a Caracas, puentes y vías en varias zonas. Grupos de antimotines están apostados en sitios estratégicos para evitar el avance opositor hacia el centro. Estaciones del metro y varios negocios estaban cerrados.

Militares y policías han bloqueado el paso en protestas anteriores y las calles fueron escenario de choques con manifestantes enmascarados que lanzan piedras y cócteles molotov, entre nubes de gases lacrimógenos y disparos de balines de goma.

El gobierno acusa a la oposición de "terrorismo" y ésta a las fuerzas de seguridad de represión y tortura. La ola de protestas de abril deja cinco muertos y más de 200 detenidos.

Inquietud internacional

Preocupados, once países latinoamericanos pidieron a Maduro garantizar el derecho a protestar pacíficamente, en tanto que Estados Unidos lanzó una dura advertencia a los funcionarios públicos venezolanos de desistir de la represión.

"Estamos enfrentando una arremetida internacional (...) Estados Unidos ha dado la luz verde para un proceso golpista de escalada para la intervención de Venezuela", reaccionó Maduro.

Unas 300 personas se manifestaron este miércoles contra Maduro en Madrid, donde el canciller mexicano, Luis Videgaray, de visita allí, pidió evitar la violencia en Venezuela.

En una demostración de fuerza, el gobernante encabezó el lunes un acto militar en el que recibió de la Fuerza Armada, aliado clave con enorme poder político y económico, la promesa de "lealtad incondicional".

El jefe legislativo Julio Borges pidió entonces a los militares ser "leales" sólo a la Constitución, tras lo que Maduro lo acusó de liderar el "llamado golpista"y la rebelión, y lo amenazó con procesarlo judicialmente.

"Estamos convencidos de que el país sabe quiénes son los golpistas", respondió la oposición, al señalar que Maduro denuncia “ conspiraciones inexistentes".

En lo que la oposición interpretó como intimidación, el mandatario también anunció la ampliación de las milicias a 500 000 civiles, cada uno con un fusil.

Para el jefe de la Organización de Estados Americanos (OEA) , Luis Almagro, quien tilda a Maduro de "dictador", el gobierno prepara una "acción represiva homicida" al armar a civiles. Colombia pidió a la ONU atender "la preocupante militarización" de Venezuela.

"Venezuela dará la batalla frente a este grupo minoritario de gobiernos que pretenden promover una vergonzosa intervención, con la OEA", dijo este miércoles la canciller Delcy Rodríguez.

La fuerza de la calle

Los opositores volvieron a la calle el 1 de abril luego de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) asumiera las competencias del Parlamento y retirara la inmunidad a los diputados, desatando una protesta diplomática internacional que dos días después lo hizo dar marcha atrás.

La oposición denunció esos fallos como un "golpe de Estado", pero ese episodio la reanimó, recobrando cohesión y apoyo popular que perdió tras fracasar su plan de revocar a Maduro en un referendo.

"Esta marcha pondrá de relieve la fuerza que la oposición es capaz de convocar y los costos que potencialmente le puede generar al gobierno si persiste en evitar elecciones en el corto plazo", afirmó el politólogo John Magdaleno.

Analistas estiman que Maduro, cuyo mandato concluye en enero de 2019, evita a toda costa unas elecciones. Siete de cada diez venezolanos reprueban su gobierno, cansados de la escasez y una brutal inflación que el FMI estima en 720,5% este año.

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