El ballet sale del teatro y se exhibe en cruces peatonales

En cruces peatonales de la Ciudad de México es posible ver todo tipo de artistas callejeros en busca de unas monedas, y ahora bailarinas profesionales de ballet se han

En cruces peatonales de la Ciudad de México es posible ver todo tipo de artistas callejeros en busca de unas monedas, y ahora bailarinas profesionales de ballet se han "apropiado" de esos espacios.

Bailarines de ballet muestran su arte en una avenida de Ciudad de México hoy, sábado 4 de agosto de 2018. Foto: EFE

En cruces peatonales de la Ciudad de México es posible ver todo tipo de artistas callejeros en busca de unas monedas, y ahora bailarinas profesionales de ballet se han 'apropiado' de esos espacios.

Durante los últimos fines de semana, el colectivo Ardentía Compañía de Danza ha acercado su expresión artística a la ciudadanía utilizando espacio públicos como escenario principal.

Poco menos de un minuto es lo que tarda un semáforo en cambiar de rojo a verde y en ese lapso los integrantes de la compañía interpretan extractos de obras clásicas del ballet como "El Lago de los Cisnes", "Don Quijote" o "El Cascanueces", para deleite de vecinos, transeúntes y automovilistas.

El proyecto surgió en 2016 cuando el fotógrafo Omar Rodríguez propuso a la fundadora y directora de la compañía, Reyna Pérez, registrar fotografías y vídeo de las bailarinas vestidas con la ropa tradicional del ballet en un cruce que se ubica frente al Palacio de Bellas Artes, en el Centro Histórico de esta capital.

"Cuando me lo propuso le dije: las vestimos con ropa de calle y las pongo en puntas y listo, pero él dijo: las quiero con tutú (falda corta de tul que usan las bailarinas de ballet) rosa o blanco y las quiero mezcladas entre la gente", recuerda Pérez.

La maestra aceptó la propuesta pero no estaba tan convencida: "Me dio un poco de miedo porque no sabia qué iba a suceder, ni como iba a reaccionar la gente", añade. Y precisamente la repuesta de los ciudadanos fue lo que sorprendió a Pérez y las bailarinas.

En cruces peatonales de la Ciudad de México es posible ver todo tipo de artistas callejeros en busca de unas monedas, y ahora bailarinas profesionales de ballet se han "apropiado" de esos espacios.

"La gente las veía con cierta fragilidad, no las querían tocar, veían como algo extraordinario que nosotros estuviéramos ahí y eso me hizo pensar que nosotros también somos parte de la ciudad", apunta.

La directora y sus bailarinas procesaron poco a poco las reacciones de la gente, pero fue un ciudadano, quien con un frase, detonó el potencial del proyecto.

"Una cosa es ver a las bailarinas en televisión y otra verlas en vivo", fue la frase que escuchó Pérez, quien se dio cuenta que en ese enunciado esa persona "estaba diciendo muchas otras cosas".

"La idea fue presentar extractos de obras y hacerlo justo en los semáforos", pero el plan de la maestra de 62 años y más de 40 en el ballet, no fue aceptado a la primera ya que las autoridades querían enviarla a espacios como instalaciones fijas, plazas y teatros al aire libre en la ciudad, pero insistió y creó el proyecto La Teatralidad del Espacio Urbano.

La primera tarea fue buscar los cruces, intersecciones de la ciudad, más concurridas y con suficiente espacio, tanto en calle como en tiempo, en los semáforos para utilizarlos como escenarios.

"No dimos cuenta que un alto puede durar entre 50 y 58 segundos y entonces tuvimos que adaptar la música y las danzas", contó.

Por ejemplo: el extracto "El muñeco" de "El Cascanueces" tiene una duración de 2.30 minutos y lo adaptaron a 50 segundos al igual que "El Vals de las flores" que dura seis minutos.

Una de las "función especiales" de Ardentía comienza a las 12 del día y tiene una hora de duración.

La compañía baila tres veces una obra en tres "altos" seguidos y descansa durante el cuarto alto, luego baila otra obra tres veces y vuelve a descansar y así lo repiten varias veces durante 60 minutos.

Durante los últimos fines de semana, el colectivo Ardentía Compañía de Danza ha acercado su expresión artística a la ciudadanía utilizando espacio públicos como escenario principal.

"El objetivo es que la gente escuche la música, vea el vestuario y a los bailarines para darle una probadita de lo que nosotros mostramos en un escenario", señala.

Aunque los ciudadanos la consumen y se reúnen en las calles, Pérez cree que los mexicanos cargan con muchos prejuicios sobre la llamada alta cultura y en especial sobre el ballet.

"Nos gusta mucho lo que es el famoso arte culto pero a veces no nos atrevemos a ir a un teatro porque creemos que es muy caro, que no es para nosotros o que nos vamos a aburrir", apunta.

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