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Ataque terrorista a museo golpea la industria del turismo en Túnez

Un miembro de las Fuerzas de Seguridad tunecinas vigila en el acceso del Museo Nacional de Bardo en Túnez. Foto: EFE

Un miembro de las Fuerzas de Seguridad tunecinas vigila en el acceso del Museo Nacional de Bardo en Túnez. Foto: EFE

Un miembro de las Fuerzas de Seguridad tunecinas vigila en el acceso del Museo Nacional de Bardo en Túnez. Foto: EFE

La elección del Museo Nacional del Bardo como blanco del atentado terrorista probablemente no haya sido azarosa.

Construido en el período de dominio colonial francés, este museo constituye una de las principales atracciones turísticas de Túnez. Además, se supone que es uno de los sitios más seguros de la capital, ya que comparte una entrada con el Parlamento.

En un mensaje de audio dado a conocer ayer, la milicia terrorista Estado Islámico (EI) se adjudicó la responsabilidad del atentado perpetrado este miércoles 18 de marzo.

Al disparar al edificio del museo y tomar a numerosos turistas como rehenes, los atacantes lograron varios objetivos en uno: por un lado, enviar a los políticos tunecinos el claro mensaje de que no están a salvo, y por otro, causar importantes daños económicos a la cuna de la Primavera Árabe.

El turismo es la actividad económica que genera más ingresos en Túnez. Y la industria recién está empezando a mostrar una incipiente recuperación tras las secuelas de la revuelta de 2011.
En vista de que las víctimas del atentado perpetrado el miércoles provienen de diversos países extranjeros como Japón, Gran Bretaña, Polonia, España, Francia, Italia y Bélgica, las autoridades se preparan para lo peor.

"El ataque al Bardo tendrá efectos muy negativos para el turismo tunecino", aseguró Afif Keshk, jefe de la organización no gubernamental Observatorio de Turismo de Túnez. "Cuento con una caída en las reservas hoteleras. Los turistas extranjeros elegirán otros destinos antes que Túnez".

Los gobiernos de varios países ya han empezado a emitir alertas sobre Túnez, en tanto los operadores de cruceros italianos Costa Crociere y MSC Crociere cancelaron todas las paradas en el país debido al ataque.

"La seguridad de nuestros pasajeros es prioridad para Costa Crociere y constituye una condición imprescindible para ofrecer unas vacaciones serenas y placenteras", comunicó la compañía. Muchas de las víctimas del atentado eran pasajeros del crucero MSC Splendida.

El turismo constituye una fuente clave para el ingreso de moneda extranjera en Túnez y representa alrededor del diez por ciento de los puestos de trabajo en el país.

Hasta la revuelta de 2011, el sector representaba el 6,5 por ciento del PBI de Túnez. Pero tras la Primavera Árabe el número de visitantes cayó de 7 millones a 4,8 millones. En los últimos tiempos la actividad estaba comenzando a dar señales alentadoras de recuperación.

El año pasado hubo alrededor de 6,1 millones de visitantes y el gobierno esperaba para este año volver a alcanzar los 7 millones de turistas. Tras el atentado, "el futuro del turismo tunecino ahora parece incierto", declaró Mohammed al Toumi, director de la Federación Tunecina de Agencias de Viajes.

"Recuperar la confianza de los turistas extranjeros le demandará al gobierno años y grandes esfuerzos", añadió. No es de extrañar entonces que el primer ministro de Túnez, Habib Essid, argumente que con su ataque al turismo los agresores buscan socavar la economía del país.

El presidente Beji Caid Essibsi, que asumió su cargo en diciembre, declaró que su país aumentará la seguridad y librará una "guerra" contra el terrorismo. Pero Keshk, del Observatorio de Turismo de Túnez, no cree que esas promesas hagan efecto en los turistas extranjeros.

"Los europeos son los principales visitantes en Túnez. No les importan las declaraciones políticas. Les importan las realidades".

Sin embargo, no parece ser tan así, al menos a juzgar por la ola de selfies que están circulando en Instagram y otras redes sociales, donde la gente aparece mostrando carteles en los que promete visitar el país norafricano.