La circulación en Quito es difícil la mayoría del tiempo. A esto se suman sectores en donde hay semáforos dañados, lo cual evita que el tránsito vehicular fluya.
Este miércoles 8 de junio, mientras Álex Rosero iba camino a su negocio de venta de ropa en San Bartolo, en el sur, notó que dos semáforos no funcionaban al cruzar por el sector de la Villa Flora, sobre la Alonso de Angulo. Al menos unos 10 minutos quedó detenido en una de las transversales, cerca del redondel. “No pasaba ni dejaba pasar a los que salían (de la vía secundaria)”, dice. No había semáforo ni agente de tránsito, los vehículos estaban cruzados en la calzada. Rosero reconoce que no es habitual, pero resulta molesto cada vez que pasa.
Sin embargo, Viviana Morocho, directora de Operaciones de la Agencia Metropolitana de Tránsito, AMT, asegura que nada tiene que ver la falta de operatividad de los semáforos con el tráfico en la ciudad. “Cuando se reporta un semáforo fuera de servicio, se envía un agente civil”, aclara. Aunque también explica que depende de la complejidad de la zona, no en calles poco transitadas.
Si la demanda vehicular es alta es “posible” que los agentes de la AMT descongestionen la calle. En el caso de Rosero, esto no ocurrió, no fue sencillo llegar a su trabajo.
Morocho no tiene cuantificados cuántos agentes se requieren cada mes para esta tarea, debido a la fluctuación de los reportes.
De acuerdo con José Vivanco, planificador de transporte y profesor de la UDLA, los semáforos dañados no son la única razón del tráfico. “Se da según con el impacto en cada vía”, explica. Asegura que sí complica la movilidad. La presencia de agentes en los sitios con semáforos dañados también genera molestias a los conductores. Ana Basantes los califica de “desproporcionados” y causa de demora. Ella es estilista y trabaja en un centro de belleza de La Mariscal, zona de alto tráfico.
“El lunes 6 de junio, la Policía (AMT) nos tuvo parados por más de 10 minutos mientras dejaba pasar a los de la vía contraria”. Esto ocurrió en la 6 de Diciembre, a la altura del Hospital Baca Ortiz. El semáforo no funcionaba.
Problemas económicos
Frente a esta situación recurrente, Víctor Lasso, gerente de Operaciones de Movilidad de la Epmmop, admite que la empresa municipal tiene dificultades económicas. Cada mes deben reemplazar, en promedio, 17 semáforos, tras recibir impactos por siniestros de tránsito o eventos naturales, como la caída de rayos o de árboles sobre las estructuras. Entre enero y mayo de este año ya son 85 los semáforos recogidos por las brigadas especiales. Primero son trasladados a los campamentos de semaforización, en el parque Bicentenario, para su reparación.
Cada año se pierden cerca de USD 300 000 por la fabricación y colocación de nuevos dispositivos. Esto incluye sistemas, estructura y concreto para la base. Hastados días demoran los técnicos para colocar los semáforos. “Monitoreamos las 24 horas todos los días y no existen daños de más de tres días”, asegura.
Sin embargo, hay ciudadanos que discrepan. María Bonilla denuncia que en su sector hay un semáforo dañado por más de una semana. Se trata de la intersección de la Manuel Córdova Galarza e Independencia, en donde, además, ya ha habido siniestros. “Todos los días es un peligro para conductores y peatones que pasamos al susto”, cuenta la mujer, quien trabaja como veterinaria cerca del lugar. Su queja la dirigió a la AMT, aunque no es su competencia resolver estos incidentes. La Epmmop aclara que las denuncias deben dirigirse a través de sus redes sociales, @ObrasQuito.
Los semáforos funcionan con un algoritmo para establecer el tiempo de espera en cada intersección.
Las vías con más semáforos son las avenidas 10 de Agosto, 6 de Diciembre, Mariscal Sucre y Teniente Ortiz. Según la Epmmop, en Quito hay 710 intersecciones semaforizadas monitoreadas.