El complejo de 82 hectáreas del Centro de Rehabilitación Social de Cotopaxi ya está listo

Desde el Centro de Rehabilitación Social Regional Sierra Centro Norte Cotopaxi.Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO

Desde el Centro de Rehabilitación Social Regional Sierra Centro Norte Cotopaxi.Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO

Desde el Centro de Rehabilitación Social Regional Sierra Centro Norte Cotopaxi. En este lugar fueron trasladadas las personas privadas de libertad desde el expenal Garcia Moreno. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO

Detrás de las mallas metálicas, que terminan con una instalación de alambre de serpentinas con púas tipo arpón, viven 2 200 personas privadas de la libertad.

Los primeros 351 internos llegaron el 21 de febrero pasado. Fueron trasladados desde los pabellones de mediana y mínima seguridad del expenal García Moreno de Quito hasta el moderno Centro de Rehabilitación Social de Cotopaxi. En ese entonces, los 70 000 metros cuadrados de construcción, que se levantan sobre un terreno de 82 hectáreas, estaban inconclusos.

Las torres de vigilancia carecían de los barandales para su ingreso. Tampoco estaban instalados los escáner metálicos y de objetos electrónicos, las áreas de visita de familiares, las cámaras de vigilancia movibles térmicas, los inhibidores de señal telefónica ni se había terminado la red de agua potable. En febrero, tampoco existían las cercas con serpentinas, que ahora sirven como una barrera de protección física del perímetro. Un proyecto en el que el Gobierno ha invertido cerca de USD 700 millones.

La cárcel ahora luce diferente. “Está lista”, dijo el viernes Ledy Zúñiga, ministra de Justicia. Ese día, los asambleístas de la Comisión de Justicia, la Ministra Salud, delegados de la Defensoría Pública, entre otras 50 personas recorrieron el complejo penitenciario.

El objetivo de los legisladores era “constatar las condiciones de vida de los privados de libertad”. Mauro Andino, presidente de la Comisión, se llevó una buena impresión, según dijo, a pesar de que el recorrido no incluyó a las 354 celdas, distribuidas tres pisos, que conforman los pabellones de mediana y máxima seguridad, las áreas habitadas.

Desde el Centro de Rehabilitación Social Regional Sierra Centro Norte Cotopaxi.Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO

Tres horas antes, en Quito, la ministra Zúñiga recibió a los asambleístas en el Centro de Detención Provisional (CDP). Allí, unas 1 500 personas viven en condiciones infrahumanas, hacinadas en un edificio diseñado para 500 detenidos.

Tres meses después de la llegada del primer grupo de internos, Andino dijo en Cotopaxi que pudo comprobar que en el Centro se respetan los derechos humanos y la dignidad de las personas privadas de la libertad.

Cada pabellón del centro cuenta con patios, aulas destinadas a los talleres, una tienda de víveres llamada Economato, canchas deportivas, áreas de visitas, oficinas administrativas y un dispensario médico. Los internos visten uniforme anaranjado desde los zapatos hasta la gorra con orejera que usan para protegerse del frío.

El Ministerio de Justicia les entregó los uniformes colchones, cobijas, almohadas y kits de aseo. Ahora, el nuevo modelo de gestión penitenciaria, que busca una verdadera rehabilitación y posterior reinserción social, se aplica en este centro. “Todavía es temprano, pero estamos trabajando para que estas personas tengan una segunda oportunidad en la sociedad”, aseguró Zúñiga frente a un grupo de salsa conformado por personas privadas de libertad. Así, con música, los asambleístas finalizaron su visita.