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Liga va a Río con una ventaja de 4 goles

Alejandro Ribadeneira.  Coeditor

Liga de Quito venció ayer por 5-1 a Fluminense en la Casa Blanca y tomó gran ventaja para la revancha del próximo 2 de diciembre, en la gran final de la Copa Sudamericana que se jugará en el Maracaná de Río de Janeiro.

La gran figura fue Édison Méndez, verdadera caja de cambios de esa máquina de fútbol ofensivo llamada Liga, con tres goles de   factura (minutos 20, 44 y 59). Dos tantos fueron celebrados por el volante con un derroche de ternura: el balón en el vientre cubierto por la camiseta, señal de que hay que preparar la cuna y tejer los escarpines. El tercero lo festejó con el DT Jorge Fossati, quien parecía apuntarse para ser el padrino.

El cuarto tanto fue de  Franklin Salas, tras un    remate cruzado, a los 77 minutos, cuando el público festejaba a rabiar el resultado que pone a Liga cerca de conseguir su tercer título internacional, tras la Libertadores   2008 y la Recopa   2009. El quinto fue de Ulises de la Cruz, con un disparo de larga distancia, a los 88.

El primer tiempo tuvo la velocidad de un auto en bajada y sin frenos, debido al tempranero gol de Fluminense, conseguido en los peores 22 segundos que ha jugado Liga en el torneo. Cuando el público recién se sentaba, Marquinho ya había anotado al aprovecharse de un rebote del arquero Alexander Domínguez, tras remate de Fred de media distancia. Tanto Fred como Marquinho estaban sin marca, además que ningún jugador local tocó el balón desde el pitazo inicial, a excepción de Domínguez.

No había tiempo que perder. Liga se lanzó al ataque con todas sus fuerzas. Durante 20 minutos sometió al equipo carioca a una asfixiante presión, sobre todo por la derecha, copada por Néicer Reasco y Édison Méndez. En ese lapso, Claudio Bieler pidió un penal y Walter Calderón se enredó con sus propias piernas cuando el ‘Taca’ le cedió un balón que solamente tenía que empujar.

Méndez se encargó de recomponer todo con un sorpresivo remate desde la derecha, que dobló las manos del arquero Rafael, quien esperaba el centro, al igual que Dalton y Marquinho. Pero los brasileños solo miraron pasar el balón, verdadera bala de cañón que se anidó en la red.

Fluminense intentó soltarse y se acercó con algo de peligro a la meta de Domínguez, pero el local no bajó la guardia y se puso en ventaja cuando el período estaba por expirar, gracias a otro bombazo de Méndez.

 El imbabureño cobró un tiro libre,  el balón se estrelló en la barrera. Lo normal hubiera sido ganar la pelota y cederla, pero Méndez otra vez rompió el esquema con un disparo directo que atravesó los guantes de Rafael.

El segundo tiempo mantuvo su ritmo, con Liga proponiendo el juego y la visita buscando el contragolpe, quemando tiempo y consumiéndose físicamente, en procura de un resultado manejable para la revancha. Pero el ‘Flu’ apenas podía aguantar los toques de Miller Bolaños con Méndez y Reasco. En este tiempo, Bieler falló un gol cantado y volvió a reclamar una falta penal.

Pero el tercer gol era inevitable y tenía que llevar la firma de Méndez, cuyo cabezazo tras centro de Reasco liquidó el partido. Tras eso, el ‘Flu’ se replegó para evitar más anotaciones.

Eso fue imposible porque     Salas y Ulises de la Cruz también se apuntaron      a la fiesta. Sus tantos sirvieron para que los 33 660 hinchas que coparon la Casa Blanca cantaran el ole, para que bailaran el poropompón, para que exclamaran que su tercera copa internacional se ve pero no se toca.