El futuro de la educación

Los maestros vuelven a las aulas para cumplir con la normativa oficial que les exige rendir pruebas para evaluar sus niveles de conocimiento teórico y capacidad pedagógica en su ejercicio docente.

La nueva fase de exámenes es parte del acuerdo entre el Gobierno  y los dirigentes de la Unión Nacional de Educadores (UNE).

Según el convenio al que llegaron las dos partes, todos los maestros que se presenten desde mañana  en la región Costa tendrán derecho a que se anulen los sumarios administrativos que se abrieron en su contra por no asistir al primer llamado. Los profesores que mantienen trámites de jubilación tienen autorización para no asistir, pero están obligados a justificar las razones por las cuales no rendirán las pruebas.

Esta nueva fase es un paso significativo en el objetivo no solamente gubernamental sino nacional de elevar la calidad de la educación básica en el Ecuador, proceso sin el cual es imposible pensar en una universidad de alto rendimiento académico.

El regreso a las pruebas coincide también con el intenso debate que se ha abierto -de manera forzada y gracias a la exigencia de la sociedad civil- para que  los grupos interesados y afectados deliberen sobre el proyecto de Ley de Educación Superior que está en manos de los asambleístas.

Al sector oficial le haría bien tomar en cuenta que cuando se sienta a dialogar, como ocurrió con los maestros de la UNE, es posible llegar a acuerdos que beneficien al país, mucho más en temas  delicados como el de la educación.

Qué importante fuera hacer lo mismo con las universidades y con todos los colectivos ciudadanos que merecen ser escuchados antes de que se expidan leyes que son trascendentes para el presente y el futuro de la nación. 

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