El accidente ocurrió en el kilómetro 10 de la vía Pifo – Papallacta el pasado 14 de agosto del 2018. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
Nueve ecuatorianos viajaban en el trooper que el martes (14 de agosto del 2018) se accidentó con un autobús de matrícula colombiana en la vía Pifo – Papallacta, de los que dos menores de 15 y de tres años fallecieron, confirmaron hoy a Efe familiares de las víctimas.
De las nueve personas, tres eran adultos -dos mujeres y un hombre- y seis menores de los que tres eran hermanos, precisaron familiares de las víctimas en la principal morgue de Quito.
El vehículo era conducido por Víctor Ulloa, de 50 años y junto a él en el asiento del copiloto estaba su esposa, Verónica Valencia, de 32 años, que llevaba en brazos a Scarlett Ulloa, de seis años, hija del conductor.
En la parte trasera viajaban Mailin Peralta de 14 años, Jhostin Peralta de 15 años y Jhon Peralta de 17, los tres hijos de Valencia.
También en esa parte del vehículo iban una mujer adulta cuya identidad no ha sido facilitada, acompañada por su hijo de corta edad y otro menor amigo de Jhostin, del que no pudieron precisar más detalles.
Los fallecidos en el vehículo fueron Jhostin Peralta de 15 años, y el bebé de la mujer no identificada, mientras que el resto resultaron heridas de diversa consideración y están en condición estable en hospitales de Quito.
Se desconoce asimismo si alguno de los viajeros llevaba puesto el cinturón de seguridad, teniendo en cuenta que en el trooper de cinco plazas se presume que únicamente hay cinco de ellos.
También se ignora si el menor de corta edad fallecido viajaba en una sillita de transporte para bebés.
Las viajeros del jeep eran de Lago Agrio, ciudad en la amazonía y se desplazaban por turismo a Quevedo, localidad en la provincia de Los Ríos.
“Mi sobrina (Mailin) está un poco delicada al parecer la van a operar de la pelvis porque está con politraumatismos”, aseguró a Ángel Guerra, tío de la menor de edad.
Víctor Ulloa presenta una fractura en la clavícula expuesta y se encuentra convaleciente, refirió el familiar que precisó que el resto de ocupantes heridos se encontraban fuera de peligro.
En horas de la mañana llegaron a la morgue de Quito los féretros para los menores, que serán trasladados a Lago Agrio para ser velados y enterrados, adelantó Guerra, que pidió a las autoridades que “el caso no quede impune”.
“Ha habido negligencia de parte de las autoridades que han dejando entrar a los vehículos sin la respectiva documentación”, se quejó.
El presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, ordenó la destitución de responsables de Tránsito y de la cadena de mando involucrados en autorizar la entrada del autobús, después de que se revelaran negligencias a la hora de permitir el acceso al vehículo de transporte, que no disponía de licencia para viajes internacionales.
“El accidente fue por alcance, parece que al bus se le fue los frenos y los alcanzó porque ellos venían a una velocidad prudente”, afirmó el familiar.
En un principio las autoridades habían cifrado en 24 el número total de víctimas mortales y 22 los heridos en el siniestro, pero hoy el responsable en Medicina Legal de Pichincha, Kleber Viteri, rebajó el número de fallecidos a 23.
Viteri explicó que se debió a que uno de los hospitales a donde fueron trasladados los heridos derivó a la morgue el cuerpo de un menor que había fallecido en otro accidente.