Entrevista a Jonás Romo, Director regional para América Latina de la Iniciativa Bloomberg para la seguridad vial.
Usted tiene mucha experiencia en temas de salud pública. ¿Cómo se une eso con la seguridad vial?
Los siniestros viales son la segunda causa de muerte violenta en el país, por lo que es importante verlo desde el enfoque de la salud pública. Por eso estamos trabajando con la Agencia Metropolitana de Tránsito, con la Epmmop, y las secretarías de Movilidad y Hábitat, tratando de que todos entiendan que es un tema de salud pública.
La Iniciativa Bloomberg tiene un convenio con el Municipio. ¿En qué consiste?
Hace dos años, Quito formó parte de las 30 ciudades que apoya la iniciativa Bloomberg a nivel mundial. Se trabaja en cuatro pilares de la seguridad vial. El primero: datos y monitoreo de las tendencias de seguridad vial. Ayudamos al Municipio a tener mejor calidad en los datos, la georreferenciación de los siniestros, visualizar los datos para tomar decisiones y hacer cambios en la infraestructura y controles.
El segundo pilar es el de la comunicación, para tratar de cambiar los comportamientos de los usuarios de la vía. El tercero es el control y la fiscalización; y el último es el de la infraestructura, para cambiar la geometría de las vías para hacerlas más seguras.
¿Esos cuatro puntos se están trabajando en Quito?
Sí. Hemos intervenido en La Magdalena y el miércoles entregamos la primera fase de un trabajo de recuperación de espacios para el peatón, en San Bartolo.
¿Qué se hizo allí?
Estamos tratando de hacer más segura la zona con cosas de rediseño temporal, equipamiento de bajo costo como bolardos plásticos, pintura, macetas con las que estamos rediseñando las intersecciones.
¿Cuánto costó?
En San Bartolo las intervenciones costaron USD 55 000, y fueron costeadas entre el Municipio y los socios de la iniciativa Bloomberg. Incentivamos la inversión con recursos compartidos. Tenemos una donación a las diferentes agencias municipales para control; este año ha sido de USD 71 000.
¿En qué otras zonas se intervendrá?
Hemos dado recomendaciones en otras áreas para que el Municipio las desarrolle. A través de una consultoría financiada por Bloomberg Philanthropies y el Banco Mundial, apoyamos las revisiones de diseño de seis paradas del Metro, para volverlas más seguras. A esos lugares va a llegar un flujo enorme de personas y tenemos que garantizar seguridad.
¿Cuáles son los principales problemas que encontraron en Quito?
Lo que estamos viendo ahora es una explosión en el uso de motocicleta como medio de transporte y de trabajo. Cada vez más los siniestrados forman parte del grupo de motociclistas. El evitar exponerse durante la pandemia también motivó a usar moto. Identificamos que todo usuario de transporte público que perdemos se va a la moto.
Y ellos forman parte del grupo vulnerable. El 69% de las muertes en tránsito son peatones y motociclistas. Sabemos que ahí debemos concentrarnos. El reporte arrojó que el año pasado 218 personas murieron en el tránsito en Quito.
¿Cuál es el impacto que tiene la siniestralidad en la salud pública? ¿Cuánto se gasta en atenciones a heridos provocados por siniestros?
El Banco Mundial tiene unos estudios que refieren que cerca del 2% de PIB se va en cubrir gastos provocados por siniestros. En América Latina es parecido el número. En Córdoba, Argentina, el 45% de los ingresos hospitalarios por emergencia es por siniestros viales. Es una realidad muy similar en la región. Ese 2% no es poco, podríamos usarlo para construir escuelas, hospitales…
¿Hay alguna característica entre las personas que sufren siniestros viales?
El 59% de las fatalidades son personas de 20 a 39 años, en su mejor etapa productiva. Otro dato interesante es que en 2021 hubo un ligero incremento de la siniestralidad, pero fue natural, porque fue el año de la reactivación económica después de la pandemia. El aumento no fue tan dramático como en otras ciudades latinoamericanas, donde alcanzó un 10%. Aquí fue de un 3%. Hay que seguir trabajando.
¿Cuál es el objetivo?
La meta que dicta la ONU es reducir al 50% las muertes en la década de acción. Se puede lograr. Para eso hay que hacer más eficiente el transporte público, que sea la opción más fácil y segura. Pero poco ha hecho al respecto el Municipio. La calidad del transporte público aún es mala, no hay concursos de rutas y frecuencias… La iniciativa no acompaña a la Municipalidad en temas regulatorios, de tarifas, de rutas… porque no pertenece al universo de seguridad vial como tal.