Embarazo precoz se previene con charlas y un bebé robot

Madres adolescentes combinan actividades escolares y maternales. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

Madres adolescentes combinan actividades escolares y maternales. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

Ana Laura, de 13 años, realiza sus tareas escolares junto a su ‘bebé’ robot. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO

La maternidad llegó a la vida de Ana Laura, de 13 años, y de Tania, de 17, de forma distinta. La primera vivió la experiencia con un bebé robot. La segunda alumbró a ‘Cami’, hace un año y ocho meses. Ambas realidades conviven en Ecuador, en donde
se registraron 413 318 nacidos vivos de niñas y adolescentes de 10 a 19 años. Las cifras de Salud son del 2010 hasta el 2016.

Ecuador es el tercer país en la región con la tasa más alta de embarazos entre los 10 y 19 años. Está después de Nicaragua y República Dominicana, según consta en el Plan Nacional de Salud Sexual y Reproductiva 2017 - 2021.

En el mundo se busca retrasar la maternidad por la pérdida social y económica que deviene de un embarazo. La Organización Panamericana de la Salud (OPS), señaló en febrero pasado que el 15% de embarazos anuales en la región ocurre en menores de 20 años. Y recomendó más educación sexual y mayor uso de anticonceptivos.

Cuando son madres adolescentes, según la OPS, las opciones de educación disminuyen. Por lo que quedan atrapadas en un círculo de pobreza. Tania cursa el décimo de básica a los 17. Una joven promedio termina la secundaria a esa edad. Pero ella lo hará tres años más tarde, con todo el peso extra que implica la maternidad.

Desvelos para cambiar pañales y alimentar al bebé, tiempo dedicado al cuidado y estrés por no contar con el dinero para los gastos y cambio de vida por la responsabilidad. Esos son los retos que afronta Tania.

Algunas de esas vivencias las experimentó Ana Laura, quien se vinculó con el programa Bebé Piénsalo Bien. Es una iniciativa educativa que busca que los adolescentes vivan la maternidad y paternidad por medio de robots. Los muñecos están programados para actuar como un bebé de 6 meses.

Llora y hace berrinche. Llora y pide comida. Llora y quiere un cambio de pañal. O solo llora para despertar a su madre o padre, para que lo atiendan.

La maternidad es un asunto complicado, admite la estudiante del colegio Kepler, en Quito. Ella y sus padres aceptaron ser parte del programa por el mensaje claro que deja sobre prevención del embarazo a temprana edad.

En el Colegio Johannes Kepler, alumnos practican con un robot. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO


En lo público, ¿cómo se trabaja para fijar ese mensaje? Según el Plan de Salud Sexual y Reproductiva, se facilita el acceso a servicios. Pero la entrega de anticonceptivos libre y gratuita no es suficiente para erradicar el alto índice.

En el 2010 hubo 61 405 nacidos vivos y en el 2016 se registraron 53 878. Es decir, hubo una disminución del 12,2% de bebés de madres adolescentes.

La médica y activista Virginia Gómez de la Torre sostiene que no es cuestión de repartir preservativos sino que debe haber una estrategia de educación sexual y comunicación.

El Plan de Salud Sexual vigente fue elaborado con apoyo del Ministerio de Educación, que busca insertar temáticas de enfoque de género, educación sexual y reproductiva en las clases. El maestro tiene una guía de apoyo curricular, para abordar la problemática de forma integral y con protocolos de actuación frente a la maternidad y paternidad.

Pero la educación que se imparte teóricamente no basta. Eso piensa Daniela Carrasco, quien impulsa el proyecto Bebé Piénsalo Bien en 20 planteles públicos, privados y municipales de la capital. Cada alumno paga USD 35 por el robot y materiales.

Según Carrasco, no sirven de mucho las charlas o talleres, se aprende más con la experiencia. Y eso se obtiene a través de los muñecos, que ayudan a entender lo que implica ser responsable de otro ser.

Hace nueve años, el Colegio Kepler acogió el programa. Participan alumnos de octavos y novenos años, quienes permanecen con el bebé por tres días y dos noches.

Como todo recién nacido de 6 meses, el robot necesita cuidados: alimentación a toda hora, cambio de ropa y pañales, limpieza y cariño. Las familias y los docentes son parte de la experiencia, dice Jorge Mejía, coordinador del área de Consejería Estudiantil.

Paulina Salazar, madre de Ana Laura, recuerda que ayudó a su hija con su ‘nieto virtual’. Incluso, los abuelos fueron a conocerlo y se emocionaron al verificar cuán responsablemente actuó su nieta.

Madres adolescentes combinan actividades escolares y maternales. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

Los bebés robots generan reportes detallados de las actividades que hace el padre o madre a cargo. Es decir, si le dio correctamente el tetero o si lo abandonó, anota Carrasco. Eso hace que los chicos se responsabilicen más del muñeco pues si no recibe los cuidados puede desactivarse o morir.

Esto no ocurrió con el bebé de Juan José Jiménez, chico de 12 años, que cursa el octavo año. Él salió con su ‘hijo’ al supermercado incluso.

Tras superar las miradas curiosas, el estudiante tomó uno de los carros de compras y colocó al bebé en los asientos especiales. Se sintió juzgado por parecer un padre joven.

Esas miradas ya no disgustan a Tania ni a Paulina, quienes no se avergüenzan de su situación. Ambas dejaron sus jornadas descomplicadas por los apuros de ser madres y estudiantes. Tania vende golosinas en su colegio.

Sus ganancias alcanzan los USD 24 a la semana. El dinero lo destina en ropa, juguetes y comida para el bebé. Ella ahora es su prioridad, ya no tiene ni tiempo para cosas de su edad.

En el informe de la OPS se detallan otros riesgos que corren las madres adolescentes: dar a luz bebés con bajo peso, mortalidad neonatal y materna. En América Latina y el Caribe, la tendencia de embarazo precoz es ascendente. Por lo que la educación sexual sigue siendo una prioridad.

En contexto

En Ecuador, la prevención del embarazo adolescente es uno de los objetivos, desde hace más de una década. Según Salud, la maternidad precoz ocurre porque no se garantizan derechos sexuales y reproductivos y también como consecuencia de violencia.

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