Cinco clases de anticonceptivos se entregan de forma gratuita

Katerine Saltos entrega una pastilla de emergencia en el Centro de Salud Rumiñahui. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

Katerine Saltos entrega una pastilla de emergencia en el Centro de Salud Rumiñahui. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

No hay un único método anticonceptivo destinado al adolescente sino varios. Los implantes, las inyecciones, las pastillas, la T de cobre y los preservativos son las opciones que tiene este grupo, que va de los 12 a los 17 años.

Katerine Saltos entrega una pastilla de emergencia en el Centro de Salud Rumiñahui. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

En el sistema de salud público su acceso es gratuito, con dos objetivos: la protección ante enfermedades de transmisión sexual y la prevención de embarazos no deseados.

En el Plan Nacional de Salud Sexual y Reproductiva, presentado en septiembre del 2017, se señala que dos de cada tres chicas de 15 a 19 años, sin educación, son madres o están embarazadas por primera vez. El 39% de esa población ya ha iniciado su vida sexual.

Por eso, en el plan se garantiza la dotación y la información oportuna sobre anticonceptivos. En especial a mujeres jóvenes o a quienes ya tienen varios hijos. Un concepto similar se incluyó en los artículos 186 y 187 del borrador para segundo debate del proyecto de Código Orgánico de Salud (COS).

Ambos están relacionados con la planificación familiar, los anticonceptivos y su acceso, “sin necesidad de un consentimiento de terceras personas” y de forma libre.

El inicio del análisis de los 390 artículos -hasta el cierre de esta edición- está previsto para mañana, miércoles 10 de enero.

Nicole, de 17 años, supo de los métodos por su profesor de biología y también por la Internet. Tiene novio pero aún no los ha necesitado. Cuando esté lista, optará por preservativos y pastillas o inyecciones.

Ella considera que una “doble protección es más segura”. Según el ginecólogo Gustavo Molina, la doble protección se recomienda si se usa la T de cobre. La razón es que este dispositivo brinda el 98% de seguridad; así que con el preservativo hay una protección completa.

En los últimos 10 años, la inversión estatal para la compra de anticonceptivos ha sido de USD 50 millones. En hospitales, centros y subcentros de Salud del país hay cinco variedades: preservativos femeninos y masculinos en dispensadores, implantes, inyecciones, pastillas y T de cobre.

Además, allí disponen de la píldora del día después, usada en casos de emergencia, hasta 72 horas después del contacto sexual sin protección.

La asignación de recursos es considerada un logro en el país. Antes del 2007 había un presupuesto general para prevención que incluía: vacunas, medicinas y anticonceptivos.

Eso comentó Ana Lucía Bucheli, directora Nacional de Promoción de la Salud. “Desde la Ley de Maternidad, del 2007, se decidió asignar recursos solo para la protección”.

Según Bucheli, en este 2018 se destinarán USD 7 millones. Es 40% más que los últimos cinco años, en los que la inversión anual fue de 5 millones.

En ‘Costos de Omisión para la Salud Sexual y Reproductiva’
se calcula que el Estado destina USD 68 millones en embarazos normales. Esto quiere decir tres veces más que la inversión en prevención (22 millones). El estudio es del Ministerio de Salud y del Fondo de Población de Naciones Unidas, entre otras instituciones.

Pero si se habla del embarazo de una adolescente, la situación cambia. El monto es 15 veces más que el de prevención. Llega a USD 331 millones. La cifra es mayor por la llamada ‘pérdida social’: deserción escolar, salarios bajos y pobreza.
“Es mejor invertir en prevención que en un embarazo no intencionado”, recalcó Bucheli.

Este es uno de los mensajes que le dan a Nicole sus padres. Ellos suelen conversar con ella sobre la anticoncepción y esperan hacerlo con su pareja. Incluso desde que cumplió 12 años acude periódicamente a controles ginecológicos.

En las casas de salud públicas, los adolescentes y jóvenes pueden acceder sin dificultades a los anticonceptivos.

En centros médicos como el de Guamaní, en el sur de Quito, o en el de la Rumiñahui, en el norte, el personal está capacitado para entregarlos y brindar información. En estos espacios se atiende a entre cuatro y cinco adolescentes al día.

Verónica Gavidia es obstetra y coordinadora del Centro Obstétrico y de Emergencia en Guamaní. Explicó que hay métodos que se entregan sin consulta. Para ello solo deben acercarse a la farmacia o ingresar por el área de urgencia, para retirar la pastilla del día después, por ejemplo, o llevarse preservativos.

Si requieren métodos de largo alcance, como implantes, es indispensable que acudan a la consulta con una ginecóloga del centro. Ella diagnostica y recomienda lo mejor, de acuerdo con los criterios médicos de la Organización Mundial de la Salud (ver gráfico). Los más usados son los inyectables, los implantes y los preservativos, según la obstetra Blanca Vela.

En contexto

En el Código Orgánico de Salud se habla sobre garantizar información y métodos anticonceptivos a jóvenes, algo que ya hace posible el Plan de Salud Sexual. Esto ha sido rechazado por grupos como los que organizaron la marcha Con Mis Hijos No Te Metas.

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