La inseguridad ha robado la tranquilidad de los padres de familia. Hace tres días empezó el año lectivo en la Costa y Galápagos, pero hay estudiantes que no volvieron a clases por miedo.
Esto ocurre, principalmente, en planteles educativos ubicados en ‘zonas calientes’ de Guayas, Esmeraldas, Manabí y El Oro. Ahí asedia la delincuencia, el narcotráfico, sicariato, bandas organizadas y la violencia en general.
A Sonia le da aprehensión enviar a su niña, de nueve años, a clases. Estudia en la escuela fiscal Isabel Herrería Herrería. Está ubicada en medio de unos callejones del barrio Nigeria, al pie del estero Salado, en el fondo de la isla Trinitaria de Guayaquil.
Sonia conoce que en esta zona operan tres bandas narcodelictivas que tienen marcado su territorio. Por eso hay enfrentamientos. La Unidad de Policía Comunitaria está distante y casi no hay vigilancia.
“Acá siempre hay balaceras y en el día jóvenes drogándose. La semana anterior se metieron a la escuela y asaltaron a unos maestros. En las noches llegan carros grandes y motos que aceleran como en persecución”, relata.
169 planteles, con vigilancia
La Policía tiene un mapa de las zonas de referencia delictiva a escala nacional. Pero no hay una cifra de cuántos planteles ni la población estudiantil que está dentro de los territorios inseguros.
La lista más larga de barrios muy peligrosos la tiene Guayaquil (Guayas), seguido de Esmeraldas. Entre ellos están Socio Vivienda, Nigeria, Nueva Prosperina, Monte Sinaí, Flor de Bastión, Fortín, Nuevo Guayaquil, Isla Trinitaria y muchos más.
Está previsto que un total de 169 planteles, ubicados en los barrios más peligrosos de la Costa reciban protección policial. Para esto fueron incluidos en el plan Escuelas Seguras que impulsa los ministerios del Interior y de Educación.
La vigilancia arrancó el lunes 24 de abril del 2023, con el inicio del año académico: 86 planteles son del Guayas, 23 de Manabí, 19 de El Oro, 17 de Esmeraldas, 14 de Los Ríos y 10 de Santo Domingo de los Tsáchilas.
Para estos planteles se dispuso 1 772 policías, que se movilizan en motos y patrullas, principalmente en las horas de entrada y salida. Pero Sonia, quien vive a ocho cuadras de la escuela Isabel Herrería, no ha visto ni ha escuchado los patrullajes en estos días.
En la Isla Trinitaria también están las escuelas Leonidas García Ortiz y la José Antonio Campos. Cada una tiene un promedio de 500 estudiantes. Hay un UPC que está diagonal a la Leonidas Ortiz y los otros planteles están alejados y sin seguridad. “Acá el clamor generalizado es tener seguridad”, dijo un padre de familia.
Monitoreo del ECU-911
Desde el Sistema Integrado ECU-911 hacen el monitoreo de los planteles. Para esto disponen de ocho salas operativas en la Costa y Galápagos. Son 1 572 funcionarios y 901 cámaras en los alrededores de los planteles.
Hilario Beltrán, presidente de la UNE del Guayas, cuestiona el plan Escuelas Segura. Primero, porque son contados los planteles con vigilancia cuando todo el país, y principalmente Guayaquil, está aterrorizada por la delincuencia.
Hay 9 341 instituciones educativas que arrancaron el año lectivo en la región costera, por lo que las 169 que tendrán vigilancia es apenas el 2%.
Segundo, porque los patrullajes no se cumplen en su totalidad. Beltrán dice que los motorizados deberían recorrer los planteles a la hora de la entrada y salida de los alumnos, todos los días, pero que en la práctica no hay nada.
A los docentes y padres de familia les preocupa que los chicos estén siendo captados por organizaciones criminales, para consumo y venta de droga. Además, conocen de casos de extorsiones a docentes.
Según el dirigente, los padres están aterrorizados por la inseguridad y eso lleva a la deserción escolar. Lo confirma Sonia: “en Nigeria las familias vivimos en tensión cada minuto, quisiera salir de este barrio pero no tengo a dónde ir”.
Por eso, pese a que su niña está matriculada, aún está pensando cuándo la enviará a clases. Como el año anterior, la acompañará todos los días a la hora de entrada y salida, pues teme que pase algo en el camino.
Mientras tanto, Juan Zapata, ministro del Interior, dijo que es importante la colaboración de los municipios en los espacios públicos. “Queremos que el retorno a clases sea con normalidad y nuestro compromiso es brindar la seguridad”.
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