Su cercanía a los centros poblados o el hecho de que se hacen las muertas como mecanismo de defensa, hace que las zarigüeyas se encuentren entre los animales con mayores decesos en las carreteras del país.
Así lo menciona Pablo Medrano, biólogo y creador de la Red Ecuatoriana para el Monitoreo de Fauna Atropellada (Remfa). Se trata de un proyecto activo desde 2021, cuya meta es fomentar la conciencia ciudadana por medio de reportes desde distintos puntos de la red vial nacional.
En Ecuador existen dos tipos de zarigüeyas, que suelen transitar por las vías de los Andes y la zona costera centro-sur: Didelphis pernigra y Didelphis marsupialis. En ciudades como Quito, por ejemplo, los centros de atención de fauna silvestre reportan cada año más de 80 de estos animales heridos por mordeduras de perros, ataques por humanos y atropellamientos.
El interés de Medrano por conocer la relación entre las carreteras y la fauna silvestre nació en 2014. En ese entonces trabajaba en una investigación sobre los atropellamientos a animales en las vías cercanas a la Reserva Ecológica Antisana, el Parque Nacional Sumaco Napo Galeras y el Parque Nacional Cayambe Coca.
En 72 días registró 452 animales atropellados (43 anfibios, 88 reptiles, 107 aves y 214 mamíferos), en 99 km de carreteras.
Mensajes que ayudan a la ciencia
La idea de involucrar a los ciudadanos en la recolección de información apareció por los altos costos que implicaría el montaje de una red como esta en las carreteras del país.
Cada mensaje que llega es acompañado de una imagen del animal y su ubicación por GPS. Esto les permite a los investigadores identificar a las especies y conocer el sitio por el cual recorrían.
“Los registros de la gente pueden contribuir al descubrimiento de nuevas áreas de distribución de especies de fauna silvestre”, cuenta Medrano, investigador ecuatoriano quien realiza sus estudios doctorales en la Universidad de Reading (Reino Unido).
Las personas pueden colaborar con observaciones que hagan en las vías. Para ello deben enviar mensajes de WhatsApp al número 0998031526, correo electrónico (remfa2020@gmail.com) o por la aplicación epicollect5.
Con esta información, los investigadores comparan los datos de estudios previos, para saber si el rango de distribución de un animal se ha modificado. Por ejemplo, en 2021 hallaron que una especie de serpiente del sur se ha desplazado hacia el norte.
El Oriente ecuatoriano es la zona más peligrosa en la relación entre fauna silvestre y automotores. La gente de Napo genera mayor cantidad de información para la plataforma, la cual semanalmente recibe entre dos y tres alertas de animales atropellados.
Los investigadores también colaboran en un estudio parasitológico, para conocer si hay cambios en la salud de estas especies. “Con la pandemia aprendimos que hay enfermedades que pueden ser transmitidas de animales a humanos”, señala Medrano.
Para lograrlo, ahora trabajan en conjunto científicos de las universidades Central del Ecuador, Católica del Ecuador, de las Fuerzas Armadas, de Guayaquil y de Reading.
Apasionados por los datos
Luego de un año de trabajo, colectivos de ciclistas y pobladores de comunidades del Oriente se han convertido en los principales colaboradores de este proyecto.
Ambos grupos transitan constantemente por las carreteras. Esto les permite registrar animales atropellados y alimentar la base de datos.