Las fiestas de agradecimiento al sol y la tierra por las cosechas, que realizan los pueblos indígenas de la Sierra, volvieron este 2021, a pesar de las restricciones por la pandemia del covid-19.
Los baños de purificación que se realizan en cascadas, ríos, lagos y vertientes, los rituales andinos y las danzas comunitarias giran en torno el solsticio de verano.
En la provincia de Imbabura las primeras manifestaciones de esta tradición, denominada Inti Raymi (Fiesta del Sol, en español), iniciaron en Otavalo. Desde el 19 de junio pasado grupos de personas, provenientes de varios sectores del cantón, se concentran durante las noches en la Plaza de los Ponchos, situada en el centro de la ciudad. Ahí forman grupos y danzan formando círculos, mientras músicos con flautas, guitarras, melódicas y bandolines, interpretan música típica de esta celebración.
La noche del miércoles 23 de junio, más de 1 000 ciudadanos participaron en la denominada toma de la plaza, según Jorge Narváez, comisario nacional de Otavalo. El funcionario concurrió al lugar acompañado de 50 agentes de la Policía Nacional, para evitar las aglomeraciones. Pero no pudieron desalojar a los danzantes de la Plaza de los Ponchos, por la gran cantidad de personas que asistieron.
Estos programas, con asistencia masiva de personas, tienen preocupadas a las autoridades. El presidente del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) nacional, Juan Zapata, recordó que en Ecuador están prohibidos los eventos masivos. Esa fue una resolución que emitió esta institución el 10 de junio pasado, para evitar la aglomeración de personas y el contagio de la enfermedad.
En el cantón Cotacachi, en Imbabura, los indígenas también se sumaron a la fiesta, que en esta localidad se denomina Hatun Puncha (Día Grande). La tarde del jueves 24 de junio, grupos de campesinos salieron desde las comunidades rurales a la ciudad de Cotacachi para danzar en las calles. También protagonizaron la toma de la Plaza Matriz, ubicada en el centro de la urbe.
Lo hicieron a pesar de que el COE local cambió de color amarillo a rojo, en semáforo epidemiológico, el 24, 25, 29 y 30 de junio, para evitar la acumulación de personas. Esos son los días en que históricamente los kichwas de Cotacachi realizan la toma de la plaza.
Se informó que autoridades nacionales tomaron esa decisión para evitar posibles enfrentamientos entre los indígenas y los 700 agentes de la Policía Nacional que llegaron a Cotacachi para controlar que no haya aglomeraciones.
El año pasado, debido a la pandemia del covid-19, las 45 comunidades que conforman la Unión de Organizaciones Campesinas e Indígenas de Cotacachi (Unorcac) acogieron el pedido de las autoridades de no realizar esta festividad tradicional. Sin embargo, este año los habitantes de 23 parcialidades decidieron, en asambleas comunitarias, salir a la urbe para celebrar.
En el centro del país, en la provincia de Chimborazo, también inició el Inti Raymi. Para reducir los riesgos de contagio del virus, la festividad se cumplió con medidas de bioseguridad y con concurrencia moderada de personas. En las comunidades de Colta, Guamote y Riobamba, las ceremonias de agradecimiento al sol se realizaron sin acceso a foráneos.
“La pandemia modificó la forma en la que festejamos. Pero, no podemos dejar de agradecer al ‘Taita Inti’ (Padre Sol) en esta temporada”. Así explica Juan Pomaquero, yachak de Chimborazo.
El pasado lunes 21 de junio, en Colta se realizó una de las ceremonias más concurridas. Hubo cerca de 150 personas que llegaron de 14 comunidades indígenas.
“Hemos tomado en cuenta todas las medidas de bioseguridad, pero creemos que es importante respaldar estos eventos culturales que promueven la reactivación económica y turística en la provincia”, dijo Juan Pablo Cruz, prefecto de Chimborazo.
En la vecina provincia de Tungurahua solo la comunidad Salasaka festejó el fin de semana el Inti Raymi. Pero, lo hizo con un número limitado de participantes y evitando las aglomeraciones.
Segundo Poalasín, presidente del Movimiento Indígena de Tungurahua (MIIT), señaló que debido a la pandemia se suspendieron los eventos culturales. “Esperamos que el próximo año podamos agradecer a la ‘Pachamama’ (Madre Tierra) y al ‘Taita Inti’ (Padre Sol) por la abundante producción de los alimentos”.
Según Juan Zapata, el año anterior, luego de esta celebración tradicional hubo un incremento de casos de covid-19 en provincias como Imbabura.