La provincia Tsáchila empezó a desmarcarse de los últimos de la fila, tras ampliar la vacunación para toda la población.
Santo Domingo de los Tsáchilas dejó de estar al final de ese grupo, desde el 14 de julio, cuando las autoridades del Ministerio de Salud empezaron a vacunar a los habitantes de 16 años en adelante, sin cita previa y solo con la cédula.
Así, en el caso de la primera dosis, se pasó del 14% (hasta el 28 de junio) al actual 60,23%. En la segunda dosis el salto fue del 7 al 10,68%, según el Vacunómetro del Ministerio de Salud.
En la tierra Tsáchila, la vacunación por grupos poblacionales específicos comenzó en enero y avanzó levemente hasta que se dio la apertura general, a mediados de este mes, con un desempeño mejor que la ubica entre las principales a escala nacional.
En este momento, la provincia alcanza una cobertura mayor que Sucumbíos, Morona Santiago, Esmeraldas, Chimborazo, Napo, Pastaza, Guayas y Los Ríos, en cobertura de personas protegidas con la primera dosis de Pfizer, Sinovac y AstraZeneca.
El despunte, en el marco del plan 9/100, alcanzó una cifra récord el primer día de la jornada para todos los habitantes.
Tan solo ese 14 de julio se reportaron 13 416 vacunados, casi el triple de lo que normalmente se atendía en las fases anteriores.
En la meta de vacunación total para la provincia Tsáchilas están consideradas 354 124 personas, desde los 16 años en adelante.
El médico y epidemiólogo del Comité de Operaciones de Emergencia COE cantonal, Alexis Pérez, dice que esa afluencia marcó un nuevo momento, tras las bajas registradas en jornadas pasadas, cuando se tuvo un 40% de ausencia.
En algún momento hubo una baja significativa en los grupos poblacionales en riesgo, o de enfermedades catastróficas, lo cual hizo pensar que la deserción se incrementaría.
Paulina Rueda, miembro de la Asamblea Ciudadana, un ente con vocería social autorizado por la Defensoría del Pueblo, asegura que se hizo un llamado para que, en reemplazo de las personas no interesadas, se consideraran a quienes sí deseaban vacunarse.
En la población joven, que hoy es la que más acude a los centros de vacunación, había permanentes pedidos. Entonces se conoció en las redes sociales sobre el fenómeno migratorio hacia el vecino cantón de Quinindé, en Esmeraldas, que ya había abierto la vacunación para todas las personas, sin excepción de origen de residencia, ni turno previo.
Esto provocó que los jóvenes tsáchilas viajaran a más de una hora de su sitio de residencia para aplicarse la dosis.
La directora Distrital de Salud, Lorena Baque, señala que se desarrollaron tres estrategias para alcanzar mejores indicadores. Además de dar apertura a otros grupos etarios, se habilitaron nuevos puntos de acogida.
En este momento funcionan seis en la ciudad y también brigadas móviles, que van a los sectores más poblados en las parroquias rurales.
Baque indica que se trata de una ‘minga’ en la que están involucrados los municipios de Santo Domingo y La Concordia, y las juntas parroquiales. Con los primeros se trabajó en la contratación de personal médico para las brigadas en los puestos de vacunación.
En total son 80 profesionales entre galenos, enfermeras y auxiliares de enfermería. Con las juntas, en cambio, se ejecuta la conformación de brigadas móviles en las zonas rurales.
Ellos organizan la logística con carpas, mesas, sillas, sistema informático y parte del personal para que solo el equipo médico acuda a aplicar el fármaco a la población.
En las parroquias Santa María del Toachi y El Esfuerzo se aplicó dicha estrategia esta semana; para estos siguientes días se coordinan acciones para llegar a Puerto Limón, Valle Hermoso y Luz de América, con un similar plan.
Bolívar Castillo, presidente de la Junta parroquial El Esfuerzo, informó que este plan permitió incluir a sus habitantes, que en algunos casos debían de ir a la ciudad en busca de la vacuna. Los casos de personas que eran rechazadas, por no estar dentro del padrón en esas zonas de la urbe, fueron recurrentes.