El sábado 22 de junio de 2024, la policía Dayana Lamiña Pasquel, de 25 años, falleció víctima de un presunto femicidio a manos del mayor Carlos Rodríguez Delgado.
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El hecho sucedió en la ciudad de Atuntaqui, provincia de Imbabura, afuera de una Unidad de Policía Comunitaria (UPC) y a plena luz del día.
Según el parte policial, Rodríguez intentó quitarse la vida con la misma arma, después de dispararle a Dayana.
Tras el suceso, él fue trasladado al Hospital de la Policía, en Quito. En esa casa de salud falleció en horas de la noche del mismo día, porque se disparó en la cabeza.
El autor de presunto femicidio era su pareja sentimental
Según la información del caso, Dayana era la segunda pareja sentimental de Rodríguez, con quien tenía una hija de ocho meses de nacida. Además, ella se encontraba en estado de gestación al momento del crimen.
Paolina Vercoutère, viceprefecta de Imbabura, comentó a EL COMERCIO que el crimen de Dayana es, lamentablemente, el cuarto en 2024 en esta provincia del norte del país.
En su criterio, desde Warmi Imbabura, un proyecto de la Viceprefectura, que busca la erradicación de todas las formas de violencia, lo primordial siempre será trabajar en la prevención.
Así también, es fundamental que exista una responsabilización de la institución policial. Es importante que dentro de la formación de los policías se atienda la formación humana de sus miembros, apunta.
Esto debido a que son los policías los encargados de precautelar la seguridad de las mujeres. De hecho, una UPC debería ser un sitio seguro para una mujer y, sin embargo, en este caso no lo fue.
Este lamentable hecho es otro llamado de atención a la Policía como institución para que se establezcan certificaciones adecuadas a su perfil y al trabajo que van a ejecutar.
La Policía debe prepararse en formación de género
Vercoutère resalta que no es lo mismo el trabajo de un policía que acompaña en unidades de violencia de género que el de un policía que atiende otras áreas.
Este caso cuenta con una arista aún más indignante, pues Carlos Rodríguez estaba al frente del Departamento de Violencia Intrafamiliar de la Policía Nacional.
Además, desde la Viceprefectura de Imbabura, se ha solicitado un pronunciamiento de la Gobernación y del Ministerio del Interior. También, se presentará un oficio por escrito, pues los femicidios deben ser visibilizados.
Según Paolina Vercoutère, la Policía Nacional tiene mucha precariedad en el tema de presupuestos, por ello hace un llamado nacional a que se inviertan presupuestos en formación de género.
¿Quién nos cuida si los mismos policías están reproduciendo estas prácticas machistas estructurales?, se pregunta.
La Policía Nacional publicó en sus redes sociales que sus unidades investigativas realizan las pericias pertinentes para esclarecer este caso.
Además, mostraron su solidaridad con los familiares y amigos de Dayana en este momento de dolor.
El COMERCIO se contactó con la Subzona Imbabura y se indicó que el caso está en manos de la Fiscalía y que como Policía Nacional actúan con base en protocolos.
La Fiscalía señaló que trabajaban en la recepción de versiones de los testigos y en la práctica de otras diligencias en torno a la muerte violenta de la servidora policial.
Las víctimas colaterales de los femicidios
El año pasado, 190 niños del país quedaron huérfanos como víctimas colaterales de violencia machista.
Dayana Lamiña tenía una bebé de ocho meses, que queda huérfana, al igual que los dos hijos del presunto femicida. Ellos quedan a cargo de la madre, quien tiene una discapacidad.
Durante los primeros cinco meses de este año, 108 mujeres fueron asesinadas por razones de género en Ecuador.