Los jardines y huertos familiares desaparecen en Ambato

Adán Pérez muestra su huerta en Ficoa, en el sur de Ambato. Foto: Modesto Moreta/ EL COMERCIO.

Adán Pérez muestra su huerta en Ficoa, en el sur de Ambato. Foto: Modesto Moreta/ EL COMERCIO.

Adán Pérez muestra su huerta en Ficoa, en el sur de Ambato. Foto: Modesto Moreta/ EL COMERCIO.

Ambato, tierra de flores, tierrita linda, cuna del sol”, dice un estribillo de la letra escrita por el compositor guayaquileño Carlos Rubiera Infante. En la melodía engalana a la mujer y ensalza a los grandes jardines multicolores y huertos frutales que cuidaban las familias ambateñas.

Por eso esta urbe se ganó el apelativo ‘Ambato tierra de flores y frutos’. Ficoa, Atocha, Pinllo, Andiglata y otros sectores, son los principales reductos de estos espacios coloridos, de a poco son reemplazados por la construcción de casas y edificios modernos.

Eso provoca nostalgia en Adán Pérez, de 76 años. El ambateño con lágrimas recuerda que en Ficoa los jardines estaban cubiertos de hortensias, azucenas, crisantemos, claveles, ilusiones, cartuchos... Además de árboles de manzana, pera, reina claudia, capulíes, durazno, albaricoque, cerezo, membrillos y otros frutos que crecían por su clima primaveral.

Adán Pérez muestra su huerta en Ficoa, en el sur de Ambato. Foto: Modesto Moreta/ EL COMERCIO.

“Cuando el tren atravesaba por la antigua vía férrea, que recorría parte de Ficoa y de Miraflores, y que luego cruzaba el antiguo puente Jaramillo, los pasajeros que venían de la Costa y parte de la Sierra se admiraban de la belleza de sus jardines y la abundancia en frutas. Ahora solo quedan pequeños reductos por el crecimiento acelerado de la ciudad”, cuenta sollozando Adán.

Pese a su edad Adán cuida su pequeño huerto que heredó de sus padres María Amancha y José Pérez. Cuenta que son pocos los ambateños que viven en Ficoa y ellos son quienes mantienen esta tradición adquirida de sus padres y abuelos.

“Este valle localizado al extremo derecho aguas abajo del río Ambato es uno de los lugares bendecidos por Dios. Antes era irrigada por los ramales de las acequias que con la modernidad fueron desapareciendo”, recuerda Adán.

Teresa Pérez muestra su huerta en Ficoa. Foto: Modesto Moreta/ EL COMERCIO.

Las calles y avenidas de Ficoa también llevan los nombres de frutas. Hay la avenida Los Guaytambos y las calles las aceitunas, membrillos y más. El investigador Jorge Fabara, explica el apelativo ‘Ambato tierra de flores y frutas’ se inició con la colonia.

Las congregaciones religiosas y los comendadores que llegaron a administrar, trajeron las especies frutales desde Europa. Estas se aclimataron en Ambato con buenos resultados. Eso no ocurría en las otras ciudades que fundaban los conquistadores. “Ayudó fue la temperatura de entre 18 y 24 grados centígrados que tiene esta urbe”, explica Fabara.

Una de las virtudes de los ambateños es que brindaban las frutas a los visitantes. También, compartían los hijuelos de las plantas. Fabara cuenta que los jardines ambateños se caracterizaron por contar con flores vistosas como geranios, gradiolos, cartuchos, primaveras, agapantos morados, hortensias, azucenas, crisantemos...

Eso también recuerda Juan Cadena que cuida su parcela hace 38 años. Vive en Ficoa. Esta zona otrora se caracteriza por sus grandes jardines y abundantes árboles frutales que ahora pocos se mantienen.

En su espacio de 200 m2 tiene árboles de claudia, higos, limones, uvas y granadillas. También flores como las cucardas, cartucho y buganvillas, flores típicas de la ciudad. Todos los días, dedica tres horas para irrigar y elimina las hojas secas. “Es un espacio importante para la familia, porque a más de dar abrigo dan frutos, es algo hermoso”, cuenta Cadena, de 82 años.

Dos proyectos buscan rescatar esta tradición

Dos planes para devolver el slogan ‘Ambato tierra de flores’ se aplica en la urbe. En septiembre del año pasado, el Cabildo inició con la siembra de 25 000 plantas ornamentales, entre arbustos y florales.

En total serán 25 especies que se coloquen. Con una inversión de USD 62 000 se realizan los trabajos en la avenida Atahualpa, en el ingreso sur de la ciudad. Los recursos se invierten en la formación, conformación y ornamentación de los espacios verdes.

El jefe de Parques y Jardines del Municipio, Hernán Sandoval, explica que los trabajos en el último tramo de la avenida avanzan. Estos culminarán en este mes. Se prevé la inversión de USD 300 000 en la construcción de un vivero.

La idea es producir 800 000 plantas para distribuirlos en la ciudad. “El objetivo es que en todas las casas tengan jardines con flores similares y así cambiar la imagen de la ciudad, como en años anteriores”.

Otro proyecto es impulsado por un grupo de jóvenes de la Universidad Técnica de Ambato. La campaña ‘Ambato Ciudad Jardín’ busca rescatar la esencia de la urbe considerada tierra de flores y frutas.

La pérdida de espacios verdes ha sido la mayor preocupación de cinco jóvenes universitarios arrancaron con este plan en noviembre del 2014. 200 voluntarios trabajan en la siembra, cuidado y distribución de plantas ornamentales, frutales, y medicinales por toda la ciudad. ​

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