Blanca Visarrea conserva la tradición de visitar periódicamente el cementerio indígena Samashunchik o Descanse en Paz, situado en el sur de Otavalo, en Imbabura.
Esta mujer cuenta que su madre Rosa Elena López, ya fallecida, solía visitar este camposanto los lunes o jueves de acuerdo a la costumbre que tienen los kichwas Otavalo.
Visarrea junto a cinco familiares limpiaron y adornaron la tumba de sus padres, Rosa Elena y Pedro, durante la mañana del viernes, 22 de octubre de 2021. Ahora junto a sus ocho hermanos planea una visita a propósito del Día de los Difuntos.
Ella recuerda que el año pasado no se permitió el ingreso de personas a este panteón, como una medida que dispusieron autoridades locales para evitar la expansión del covid-19.
Hubo familias que efectuaron ceremonias de recordación de los difuntos en sus casas. Sin embargo, la Unión de Organizaciones Indígenas del cantón Otavalo (Unorico), que administra Samashunchik, aplicará para el próximo 2 de noviembre un plan para hacer cumplir medidas de bioseguridad para quienes visiten el camposanto durante el Día de los Muertos.
Luis Guamán, presidente de la Unorico, explica que en las tres puertas de ingreso al cementerio habrá puntos de desinfección y se controlará que las personas que ingresen porten mascarillas. Para evitar aglomeraciones no se realizará la misa que era oficiada por la Diócesis de Ibarra. Guamán explica que también se sugerirá a los asistentes que las visitas sean lo más cortas posibles.
De acuerdo a la tradición, los familiares de los difuntos acostumbran llevar comida y frutas favoritas del fallecido y compartir con familiares y amigos. En este camposanto, que brinda servicio a 68 comunidades del cantón, durante este mes se estila el arreglo de tumbas y cruces.
Segundo Salazar con una mezcla de arena y cemento enlucía la tumba en donde fue inhumado el cuerpo de su sobrina, Ana Lucía, el 30 de septiembre pasado. El artesano dice que el trabajo debe estar listo antes del Día de los Difuntos.
La Unorico aún no ha podido cristalizar el proyecto de ampliación que han presentado a instituciones gubernamentales y locales para su apoyo. Las 1,5 hectáreas que ocupa actualmente el camposanto ahora son insuficientes. Como una manera de paliar la difícil situación en el último año se construyeron 200 bóvedas.