Las autoridades de seguridad del país descartaron hace pocos minutos la posibilidad de un Tsunami en costas ecuatorianas, debido al terremoto de 8.2 grados frente a la costa norte de Chile. Sin embargo, la alerta roja y la atención se mantiene sobre las islas Galápagos.
A las 22.15 de este martes 1 de abril, el gobernador del Guayas, Rolando Panchana, levantó el Comité de Operaciones Emergentes (COE) provincial “una vez que la situación es absolutamente normal”.
Sin embargo, anunció que la Secretaria Nacional de Gestión de Riesgos, María del Pilar Cornejo, se mantendría monitoreando la situación de la provincia insular. Al menos la situación se prevería normal en Galápagos pasadas las 01.40 de mañana miércoles.
Desde las 20:15 se activaron los organismos de socorro en las instalaciones del ECU 911 en Samborondón.
Hacia las 21:15 las entidades de seguridad del país dispusieron que la población ubicada en localidades costeras desista de seguir evacuando las poblaciones. Para entonces ya había bajado la alerta de roja a amarilla en Ecuador continental, no así en la región Insular.
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Mapa del impacto del posible tsunami en las costas del océano Pacífico, tras el terremoto en Chile.
Desde Quito, y con una comunicación permanente, Fernando Cordero, flamante Ministro de Seguridad, anunció que el primer contacto de las olas producto del movimiento sísmico, con la costa ecuatoriana ocurriría a las 21:39 en La Libertad (Santa Elena). Y que al punto más distante, hacia el norte (Esmeraldas) ocurriría cera de las 22:27, y dos minutos después en Galápagos (hora local).
Cornejo explicó que, a diferencia del Tsunami de Japón en que llegaron olas, en esta ocasión el fenómeno natural se presentaría con una elevación del nivel del mar de unos 20 centímetros promedio en la costa continental, y de 50 cms en Galápagos.
En Santa Elena se reportó la salida de muchas personas en vehículos particulares. Muchos permanecieron a la altura del km 1 de la vía Salinas-Guayaquil a la espera de disposiciones de las autoridades reunidas en el ECU 911 peninsular.
En poblados hacia el norte de la provincia los habitantes, aplicando la capacitación recibida para estos casos, optaron por dirigirse a cerros aledaños. Algunos quedaron en las calles esperando disposiciones de las autoridades.
En parroquias rurales de Guayaquil como Posorja, Puná, Tenguel, Morro y Juan Gómez Rendón, los tenientes políticos y los cuerpos de bomberos alertaron de la situación a la población y los organizaron para una eventual evacuación.
El Instituto Oceanográfico de la Armada (INOCAR), mediante boletín de prensa descartó que exista amenaza de inundación para las costas ecuatorianas.