Los adultos mayores son una autoridad en las comunas

La mujer de mayor edad de Peguche celebró su cumpleaños, el lunes último, acompañada de sus hijos, nietos, bisnietos... Foto:José Mafla/ EL COMERCIO

Los adultos mayores son considerados sabios dentro de la cosmovisión de los kichwas de la provincia de Imbabura.
“Ellos son los encargados de dar consejos para solucionar conflictos al interior de las comunas”. Así asegura Rocío Cachimuel, presidenta de la Federación de Indígenas y Campesinos de Imbabura (FICI).
En la comunidad de Peguche, cantón Otavalo, María Jesusa Lema Pichamba es considerada la más sabia. El lunes último cumplió 104 años.
En Peguche, un 5% de los 2 000 habitantes tiene más de 70 años, de acuerdo con los datos del Cabildo local.
Los familiares de Lema organizaron una fiesta, que incluyó un pastel, música andina y una mesa compuesta de maíz, fréjol, arvejas, papas, piñas, plátanos...
Con fuerza, la mujer que solo habla en idioma kichwa, apagó las velas, colocadas sobre la torta, que tenía el número 104. Lema es la matriarca de una familia integrada por ocho hijos (tres fallecidos), 25 nietos, 102 bisnietos y 10 tataranietos. En su cédula de ciudadanía indica que nació el 11 de mayo de 1 911, en Peguche.
Con el apoyo de un bastón de metal, en la una mano, y un palo de madera, en la otra, camina sola en el interior de su hogar. Aún le gusta preparar la comida en un fogón de leña.
El día de su onomástico prefirió sentarse junto a Alejandro Terán, de 82 años, el primero de sus hijos. Él traducía sus palabras al español para que los invitados indígenas y mestizos pudieran entender sus ideas.
Por un momento, la centenaria mujer tomó en sus brazos a Valeria Lema, su última bisnieta, de cuatro meses. María Lema recuerda la imagen del ferrocarril cruzando su pueblo por primera vez, hace más de ocho décadas. Ella tenía 24 años y el tren circulaba haciendo sonar la sirena, mientras ella recogía leña en el bosque de la localidad.
Esa vez lloró de la emoción viendo a la mole de acero que emanaba humo, comentó en su último cumpleaños. Actualmente vive sola, en una casa de adobe de un piso que heredó de su abuelo. En este lugar trabajaba hilando y elaborando las fachalinas para las mujeres indígenas.
Ahí recibe, de vez en cuando, a sus familiares y vecinos, que llegan en busca de un consejo, asegura su hijo Javier Terán.
Además de hablar sobre la armonía que debe haber entre las familias y los comuneros le gustas compartir conocimientos sobre las plantas medicinales y la nutrición.
Según Imbaya Cachiguango, investigador kichwa, los consejeros indígenas deben ser adultos mayores y ciudadanos ejemplares. No hay cifras de cuántos existen.
Sin embargo, María Lema, es una de los 7 978 habitantes de Imbabura que ha sobrepasado los 80 años, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
La cumpleañera se casó a los 14 años con José Terán. Enviudó luego de tener tres hijos: Alejandro (82 años), Javier (74) y Florentino, fallecido hace una década.
Luego formó una familia con Antonio Lema. Con él tuvo cinco hijos: Jesús (70 años), Francisco (65), Segundo (58), Lucita y Francisco. Estos dos últimos también murieron.
Cuando era niña, la homenajeada solía soñar que volaba alto. Por eso, su abuelo le aseguró que viviría muchos años. Y así fue. Lema es la única sobreviviente de seis hermanos.
La mujer de mayor edad de Peguche atribuye sus 104 años a una dieta basada en granos frescos, como maíz, quinua, chuchuca, fréjol, entre otros. A pesar de haber rebasado el siglo de vida, conserva su agilidad y lo demostró a la hora de cortar el primer trozo de pastel.
En contexto
En las comunidades kichwas de Imbabura los adultos mayores son personas de mucho respeto y consideración. Debido a su edad y experiencia son considerados consejeros que ayudan a solucionar los conflictos familiares y comunitarios. +