El regreso a clases presenciales se analiza

En la Escuela Multigrado Carlos Vallejo, en Yaruquí, volvieron a clases el miércoles 17. Foto: Cortesía del Ministerio de Educación

En la Escuela Multigrado Carlos Vallejo, en Yaruquí, volvieron a clases el miércoles 17. Foto: Cortesía del Ministerio de Educación

En la Escuela Multigrado Carlos Vallejo, en Yaruquí, volvieron a clases el miércoles 17. Foto: Cortesía del Ministerio de Educación

Sus dos hijos extrañan las aulas y los patios. Uno de ellos, Gabriel, empezó la secundaria sin asistir a su plantel. Ella misma, Cristina Ayala, piensa que el aprendizaje de modo virtual no es la mejor opción. Pero, dice, prefiere seguir resguardándolos. Tiene miedo, cuenta, de que lleven el covid-19 a casa.

La madre padece cáncer y su hermano, con quien viven, tiene diabetes. “Si nos contagiáramos sería grave para todos”.

A poco de que se cumpla un año de que los estudiantes dejaron de ir a las aulas, el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) nacional otra vez aprobó el retorno progresivo de planteles rurales.

451 centros ya tienen planes autorizados; de ellos, 366 con máximo 35 alumnos se ubican en zonas rurales. La mayoría ya está en clases presenciales.

Tras la aprobación de los Planes Institucionales de Continuidad Educativa (PICE), los directivos se responsabilizan de la señalética, la infraestructura sanitaria, de capacitar a las familias, de establecer cómo es el flujo de asistencia, el ingreso y la salida para precautelar la salud, dice la ministra de Educación, Monserrat Creamer.

Urbes como Quito registran más contagios. Pero algunos centros particulares esperan retomar sus planes piloto. La posibilidad se volverá a analizar el domingo 28, en el COE.

Mientras, organismos como Unicef abogan por la reapertura de todas las escuelas con planes aprobados. “Con evidencia científica de 191 países se demostró que los colegios no son lugares de contagio, en un estudio realizado en diciembre del 2020 por Unesco y Unicef”, sostiene Joaquín González Alemán, representante del ente en Ecuador.

El riesgo de que los niños abandonen la escuela es mayor estando lejos de ella, subraya. A través de encuestas conocieron “que al menos un 15% de docentes no tiene contacto con sus alumnos. Eso se podría sumar a los 268 000 niños que ya estaban fuera del colegio antes de la pandemia”.

Unicef conoce que 71% de docentes dice tener mala conectividad, 20% comparte sus equipos en casa y 16% siente falta de motivación. Además, su representante enfatiza en que 62% de maestras es mujer, y ellas tienen más tareas.

El ente prepara un plan para el monitoreo del impacto de la reapertura de planteles. “No podemos seguir diciendo: pasó Carnaval y van a subir los contagios, luego vendrá Semana Santa y después la segunda vuelta de las elecciones, y no habremos tenido clases durante dos años. Es preocupante”.

Para Fernando Aguinaga, presidente de la Sociedad Ecuatoriana de Pediatría, es importante programar un retorno a clases presenciales. Para eso, dice, lo primero es reforzar la educación sobre medidas de bioseguridad en casa.

“Pese a que ahora se ve a más niños contagiados, no son los que más se complican”. No serán vacunados contra el covid. Es momento, cree, de que empiecen a salir y entrenarse en el adecuado comportamiento fuera de casa. Él recomienda que tengan sus vacunas al día (hay déficit en el país), acudan a controles periódicos con sus médicos y que se actúe rápidamente si se contagian.

Cristina, la madre de familia con cáncer, no lo ve tan fácil. Ella tiene temor de que otros padres estén infectados y el virus llegue a su casa.

El infectólogo José Sánchez anota que los niños suelen ser vectores que transportan el virus, sin que existan manifestaciones clínicas (síntomas).
Por ello, señala, para un retorno a clases presenciales seguro, por ejemplo en ciudades como Quito, en donde los contagios crecen, serán necesarias medidas muy estrictas, que dependerán directamente de la inversión para garantizarlas.

Se refiere a las adecuaciones en aulas, lavamanos, vías separadas de entrada y salida.

Ambos médicos coinciden en que con una adecuada capacitación, los niños podrían responder al cumplimiento de medidas de bioseguridad, en algunos casos mejor que los adultos. Pero gremios médicos recuerdan que algunos niños viven con adultos mayores y personas vulnerables.

La ministra Creamer comenta que en los planes piloto que se aplicaron hasta diciembre, en varios centros, se cumplieron las normas. “Los niños se adaptan fácilmente”.

Como parte de las medidas de cuidado, señala, se encuentran en diálogos con el Ministerio de Salud y los GAD, para gestionar pruebas covid-19 y aplicarlas para el retorno.

Además, confirmó que se incluirá a los maestros en los grupos prioritarios de vacunación. En el plan de Salud está inmunizarlos desde este mes hasta abril. No se sabe si también constan otros funcionarios de los planteles.

En otros países, los maestros están entre los primeros ciudadanos que recibirán las dosis. En Brasil, los trabajadores de salud y educación van primero. En Argentina, los profesores constan quintos en la lista de la fase 2. En Costa Rica y Honduras, en el cuarto grupo.

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