Redacción Quito
La contratación de choferes para el transporte urbano en el Distrito es precaria. Los propietarios de los buses no contratan formalmente a los conductores y tampoco los afilian al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).
El artículo 8 de las Disposiciones Generales de la Ley de Tránsito establece que los operadores del servicio de transporte público, o quienes en general contraten choferes profesionales para su servicio, deberán afiliarlos obligatoriamente al seguro.
La caja común
Este sistema establece que las cooperativas tienen que transformarse en compañías que lleven una sola contabilidad de lo recaudado por pasajes.
Según la Ley, las cooperativas de transporte público que en la actualidad se manejan con caja simple, tendrán cinco años contados a partir de la promulgación de la norma para que adapten su sistema al de caja común.
Las operadoras que se instauren a partir de la aplicación de la Ley lo deberán hacer con caja común.
Roberto Luzuriaga trabaja como chofer desde hace 9 años en la compañía Catar, pero no está afiliado al IESS y nunca ha firmado un contrato escrito que asegure su labor. El chofer de la unidad 0634 afirmó que cuando lo contrataron le solicitaron los siguientes requisitos: licencia de conducir, certificación otorgada por la Jefatura de Tránsito de la vigencia de ese documento, certificado de honorabilidad y récord policial.
Pero desde hace 9 años, sus contratos laborales con los propietarios de los buses solo han sido verbales. Luzuriaga trabaja hasta 13 horas diarias y gana entre USD 20 y 25 al día. “El propietario afirmó que en los próximos meses me afiliará”.
Ese mismo sueldo recibe Fabián Morales, conductor de la unidad 1833 de la compañía San Carlos. Eso equivale al 10% de lo que produce el bus en un día.
El conductor que trabaja siete años en la operadora San Carlos inicia sus recorridos entre las 05:00 y 06:00, dependiendo de sus turnos. Su jornada termina a las 21:00. Morales no tiene un contrato firmado con el propietario de la unidad y tampoco está afiliado al IESS.
Lo mismo sucede con Jorge Hugo Toapanta, conductor del bus 2378 de la operadora Paquisha. Él tampoco tiene estabilidad laboral, pues nunca ha firmado un contrato de trabajo. “Mantener nuestro puesto depende de la voluntad de los dueños. Si trabajamos bien, lo conservamos sino simplemente ya no nos llaman”. Este chofer labora desde las 04:00 hasta las 22:00.
Héctor Guevara, presidente de la compañía Catar, aseguró que la contratación y afiliación de los choferes dependen de la voluntad de cada propietario de las unidades. “En muchas ocasiones tanto el propietario del bus o el chofer no están conformes y abandonan inmediatamente las labores. No es un trabajo estable”.
Guevara corroboró que cada chofer recibe USD 20 a 25 como pago diario que corresponde al 15% de la producción del día. Además, cada chofer recibe USD 5 para los gastos de alimentación al día.