Daniel Becerra es un joven venezolano de 25 años que desapareció el pasado 9 de septiembre. Su familia pide celeridad en la investigación. Foto: Cortesía
José Daniel Becerra Márquez, de 25 años, permanece desaparecido desde el 9 de septiembre de 2020. Este martes 20 de octubre del 2020 se cumplen seis semanas en las que su familia no sabe nada de él y sus seres queridos dicen que las investigaciones sobre el caso no han avanzado.
Lo que saben los familiares de Becerra es la misma información que los investigadores de la Policía Nacional les dieron al inicio de la búsqueda: que había hecho dos llamadas desde el sector del redondel de Miraflores. Una de estas fue a su novia y otra a su hermana, Alexandra Coromoto Becerra.
La triangulación de las llamadas dio una ubicación exacta: el cruce entre las avenidas Universitaria y Eustorgio Salgado, norte de Quito.
Su hermana Alexandra relata a EL COMERCIO que ese día él la llamó angustiado. No recuerda exactamente la hora, pero dice que fue aproximadamente a las 13:00. “Lloraba mucho. No sabía dónde estaba”, asegura.
“Intenté decirle en varias oportunidades que me dijera dónde estaba. Me dijo que no sabía. Le dije que se calmara, que respirara profundo. Que buscara ayuda y me mandara la ubicación. Él me dijo: ‘No, no tengo mi teléfono. No sé dónde estoy'”.
Además de estas llamadas, Alexandra cuenta que también recibió mensajes de texto de parte de Daniel, ese mismo día. Ella no logra comprender lo que le intentaba decir, pues “sonaba muy aturdido“.
Ella cuenta que nunca antes había tenido una interacción similar con su hermano. “Nada. Primera vez. Es totalmente sano”, responde ante la pregunta de si Daniel presentaba antecedentes de salud mental. “Estaba como en depresión, es lo que yo creo”, dice su hermana. “Yo siento que estaba como desesperado”.
La hermana del joven describe a Daniel como “una persona maravillosa, un niño muy amoroso, lleno de metas, de planes, de sueños”. Foto: Cortesía
Daniel es venezolano, de San Cristóbal, en la frontera con Colombia. Antes de venir a Ecuador, hace aproximadamente cinco años, cursaba su cuarto semestre de Comunicación Social en la Universidad de los Andes. En ese tiempo, trabajaba también en un cine. “Luego abandonó la carrera porque empezaron las protestas en Venezuela por la situación del país y la universidad entró en paro”, relata Alexandra.
En medio de esto, Daniel decidió migrar a Ecuador para buscar un futuro mejor. Su meta era reunir el dinero suficiente para continuar aquí sus estudios. Su sueño era ser periodista. “Tenía un plan de vida con su novia”, dice su hermana. “Quería tener un negocio propio. Se quería casar con su enamorada apenas terminara la pandemia”.
“Daniel es una persona maravillosa. Es un niño muy amoroso, lleno de metas, de planes, de sueños. Es una persona que, si tiene, él da, sin pedir nada a cambio. Es súper tranquilo, no toma, no tiene vicios. Muy familiar. Cuando no estaba con su mamá, estaba conmigo o con su novia. Muy amoroso, un niño muy tierno, muy gentil”.
Daniel es un muchacho muy religioso. Siempre cargaba consigo su rosario. Sin embargo, el día en que desapareció, lo dejó en su casa. Él salía todas las mañanas para vender comida con su mamá en el sector de la Villaflora, pues con la llegada de la pandemia de covid-19, perdió su trabajo.
Ese día, él debía encontrarse con su madre. Sin embargo, nunca llegó. Él salió de su casa muy temprano. Cámaras del ECU-911 captaron su salida cerca de su casa, en el Centro Histórico, a las 05:30. A su hermana le parece extraño, pues es más temprano de lo que normalmente salía. “Se supone que debía haber salido un poco más tarde. Estamos hablando de que salió media hora, cuarenta minutos antes. No entiendo esa hora” de salida de Daniel.
Alexandra tiene un pedido especial para Daniel: “Que por favor se comunique conmigo, que no dude en hacerlo, que cuenta conmigo. Que sea lo que sea que haya pasado, no lo pienso juzgar. Y que por favor no se le olvide estar cerquita de Dios”.
La hermana del desaparecido también tiene un pedido para las autoridades: que las investigaciones se “agilicen lo más que puedan. Ellos se excusan en que todo es un trámite administrativo, que todo es un proceso. Y yo la verdad siento que sí hay una demora. Ellos se excusan que estamos en pandemia, pero ya son seis semanas y no tenemos respuestas”, dice.
“Entendemos que todos los días desaparecen personas de manera voluntaria e involuntaria”, agrega la novia de Daniel, quien prefiere no dar su nombre por razones de privacidad. “Pero las autoridades no son empáticas. Se excusan en la pandemia que estamos atravesando y muchos protocolos más. Estamos viviendo momentos de angustia y desesperación. Es algo que jamás pensamos que nos podría pasar. Hoy somos nosotros y mañana puede ser otra persona.”
Si usted tiene información sobre el paradero de Daniel, comuníquese al 1-800 DELITO (33 54 86) o al ECU-911.