El Gobierno de Costa Rica descartó el miércoles 5 de octubre del 2016 declarar el estado de emergencia en la ciudad de Limón, ubicada en el Caribe, donde una guerra entre bandas de narcotraficantes se cobró la vida de seis personas entre el domingo y el martes.
Las autoridades costarricense consideraron que no existen bases legales para una declaratoria de emergencia, tal como lo solicitaron diputados de oposición.
Ante la crisis en Limón, ubicada a 130 kilómetros al norte de la capital, San José, el Gobierno reforzó el martes la presencia policial en la ciudad caribeña con el envío de 200 efectivos, ante la ola de violencia provocada por una guerra entre bandas criminales.
“Hemos enviado 200 efectivos más a Limón. He ordenado sostener la presencia policial el tiempo que sea necesario para golpear con fuerza a estos grupos”, dijo el presidente Luis Guillermo Solís.
“Los acontecimientos del domingo y lunes marcan un punto de inflexión. Estamos viendo a nuestras fuerzas de policía decomisar cada vez más droga y esto está teniendo un efecto en las redes locales que explica en buena medida la violencia desatada que hemos tenido que padecer en las últimas semanas”, manifestó.
El lunes, el Ministerio de Seguridad Pública ya había desplazado 100 efectivos a Limón, donde una guerra entre bandas criminales mantiene en vilo a la población de la zona.
Una balacera por ajuste de cuentas dejó el domingo cinco muertos. Dos personas resultaron heridas en otro incidente similar el lunes, y el martes fue asesinado un taxista. En los enfrentamientos, las bandas emplean armas de grueso calibre, como fusiles AK-47 y pistolas de 9 milímetros.
En Limón, una zona de gran afluencia turística, opera la principal terminal portuaria de Costa Rica. También es una estación para el arribo de cruceros.