La alerta que emitió la embajada de Estados Unidos sobre ataques en Guayaquil provocó versiones contradictorias entre las autoridades encargadas de la seguridad.
Entre la noche del jueves 13 y la madrugada del viernes 14 de abril tres artefactos explosivos detonaron en Guayaquil.
En la ciudad rige un estado de excepción desde el 1 de abril, decretado por el presidente Guillermo Lasso.
Las explosiones ocurrieron horas después de una alerta de la representación diplomática de Estados Unidos, que señaló haber recibido “información creíble de que criminales pueden estar planeando realizar atentados con bombas“.
Dos de las explosiones tuvieron como objetivo locales comerciales en Pascuales y el centro de la ciudad. La tercera detonación fue en el portal de un conjunto residencial en la Alborada.
En ninguno de los casos hubo víctimas humanas.
Autoridades con versiones distintas
El ministro del Interior, Juan Zapata, señaló la noche del 13 de abril que él ni las autoridades policiales habían tenido contacto con representantes diplomáticos de Estados Unidos.
“No me han llamado y eso es lo raro“, dijo Zapata y señaló que lo lógico era contactarlo a él o a alguno de los jefes policiales.
Estados Unidos mantiene una estrecha relación con Ecuador en el tema de seguridad, la semana pasada donó equipos antibombas a la Policía Nacional.
El viernes 14, Zapata señaló que se investiga “quién es la fuente que reveló esta información hacia la Embajada americana” y reiteró que no fue contactado.
Se recibió alerta
Alain Luna, director de investigaciones de la policía, dijo en una entrevista que “efectivamente se recibió una alerta de una embajada de un país amigo”.
La autoridad policial señaló que ante esto se activaron los ejes “operativo, investigativo y de inteligencia”.
La noche del jueves, minutos después de que se conoció la alerta de la embajada de Estados Unidos, la Policía emitió un comunicado en el que dijo que dispuso patrullajes permanentes en la ciudad.
Guayaquil y el conurbano que la rodea forman una de las zonas más peligrosas del país, con un promedio de seis asesinatos por día.
Esto ha ubicado a la urbe en el puesto 24 de las ciudades más peligrosas del mundo, según una organización no gubernamental mexicana.
Visita nuestros portales: