Mujeres esperan más representación tras el cambio del modelo del sufragio popular. Foto: Archivo / EL COMERCIO
Una de las reformas electorales que se aprobó en la Asamblea Nacional es el modelo de sufragio. Así, Ecuador tendrá por primera vez, tras 22 años, votaciones cerradas y ya no abiertas pluripersonales, es decir, el sufragio será únicamente en plancha.
Hasta las elecciones pasadas el elector ecuatoriano podía escoger a candidatos de varias listas en las dignidades de legisladores, concejales y miembros de Juntas Parroquiales. Lo que se propuso y aprobó es retomar el sistema que permitía sufragar solo por la lista de una organización política.
La reforma fue presentada por el vocal del Consejo Nacional Electoral (CNE), Luis Valverde. Él es partidario de que se debe “reunificar el voto”. Cree que el actual sistema proporcional de sufragios no puede funcionar bien mientras no haya listas cerradas. “Ecuador vive este rato una profunda crisis de partidos”.
Según sus cálculos, el 75% de los electores ya vota por una lista puntual. Es decir que pese a que ha estado vigente escoger entre listas, la cultura del ecuatoriano ha sido votar en plancha. Los partidos también habían aprovechado esa tendencia. El PSC pedía ‘raya todo 6’ y el eslogan de AP ha sido ‘Todo, todito 35’.
Verdesoto señaló que el 25% restante se pierde, ya que matemáticamente no existe. Lo que logre concentrar un candidato por voto pluripersonal no tiene capacidad de competencia con la plancha y termina desperdiciándose un voto.
Con el planteamiento, añadió, cada elector representaría un voto completo y no una fracción como hasta ahora.
El analista Simón Pachano agregó que la lista abierta perjudica a los partidos porque se ha personalizado la votación, no ha fortalecido a las organizaciones ni ha definido ideologías entre los ciudadanos.
“Una persona puede votar desde la extrema izquierda a la extrema derecha, sin ningún problema, eso fracciona la representación y debilita las ideologías”, añadió.
Cecilia Calderón, exdiputada por Guayas, indicó que la actual forma de votar ha sido negativa, para la equidad femenina. Si bien la población ya venía votando en plancha mayoritariamente, quienes elegían su voto de forma pluripersonal inclinaban la balanza hacia los candidatos hombres.
Recordó que, por ejemplo, en la década de los 90, la representación parlamentaria de las mujeres ecuatorianas alcanzaba apenas el 3%. Hoy, a pesar de que existe paridad de género en las conformaciones de listas, no se ha logrado equidad. Actualmente son 54 de 137 legisladores, es decir el 39,42%.
En otras dignidades los porcentajes son menores. En alcaldías, las mujeres representan 8%; las concejalas rurales, 26%; las concejalas urbanas, 34%; y las prefectas, 17%.
La presidenta del CNE, Diana Atamaint, refirió que ahora el elector encontrará únicamente un cuadro en el que se vote por el partido.
“Eso, según el planteamiento, da la posibilidad de que el partido trabaje para que el electorado vote por los principios ideológicos”.
Pero ¿cómo cambió hace 22 años la votación cerrada a abierta? La reforma de 1997, que recogió los resultados de la Consulta Popular realizada ese mismo año, sustituyó a las listas cerradas y bloqueadas por la votación personalizada en listas abiertas.
Desde esa época, el elector votaba por personas que seleccionaba de entre todas las listas presentadas para una dignidad y puede hacerlo por tantos candidatos desee, según el número de puestos en disputa.
Las dos primeras elecciones en que se utilizó el actual sistema fueron para la Asamblea Constituyente de 1997 y para elegir diputados, consejeros y concejales de 1998.
En el Legislativo hay diversos criterios. El asambleísta de Creo, Héctor Yépez, dijo que la reforma a votación bloqueada es positiva porque cambiará el método de asignación de escaños de D’Hondt a Webster.
“Si es Webster, hay más espacio a las minorías, lo cual es correcto. Pero si eso se hubiera combinado con una lista abierta, sería ingobernable la próxima Asamblea. Es correcto fijar Webster y a la vez una lista cerrada para que el voto sea por tendencias y visiones de país, no solo por el personaje de farándula”, dijo.
Wilma Andrade, asambleísta de la ID, se mostró a favor de retomar listas cerradas porque el modelo abierto lleva a una competencia interna en los distintos partidos.
“El que está tercero quiere pugnar para ser primero, hay un descontrol y mucho pesa el costo electoral porque cada uno es cómo puede promocionarse más, no es campaña de ideas, sino de personas”.