4 730 desaparecidos regresaron con sus familias en un año

La noche del domingo 30 de abril de 2017, la Dinased realizó la entrega de Anthony Zambrano a sus familiares. Foto: Cortesía Dinased.

Seis días duró la búsqueda de Anthony Zambrano. La noche del domingo (30 de abril de 2017), el joven de 21 años, quien desapareció en Quito, se encontró nuevamente con sus familiares.
El estudiante estaba despeinado y con una chompa que le habían dado los agentes. Lo primero que hizo fue abrazar a su madre y llorar.
Luego se sentó y permaneció en silencio; no dijo nada. Los uniformados que lo encontraron señalaron que estaba en las calles Manuel Galecio y Rumichaca, en el centro de Guayaquil. Lo vieron dormido en una vereda, lo despertaron y le preguntaron su nombre. “No me acuerdo”, respondió, estaba desorientado. Por eso, en el parte los policías pusieron que aparentemente estaba bajo efectos de alcohol o de sustancias prohibidas.
Minutos después el Ministerio del Interior confirmó que se trató de una desaparición voluntaria. En el país, este tipo de hechos es frecuente. De hecho, cifras de la Dinased refieren que al menos el 90% de las personas que desaparecen se va de casa por su propia cuenta.
En el caso de Anthony, esa hipótesis aún se investiga. Por eso, el caso pasó a conocimiento de la Fiscalía.
La mañana de ayer (1 de mayo de 2017), el joven llegó a su casa. Luego de su entrega, sus padres lo llevaron a una clínica. Allí lo valoraron y le pusieron suero. Su padre, William Salazar, dijo que estaba con vitaminas y que descansaba en su cuarto. Al preguntarle cómo llegó a Guayaquil, el hombre respondió que están disfrutando de su llegada y que la Policía será la que dé detalles.
El jefe de la Dinased, Víctor Aráuz, tampoco dio una explicación. “Eso precisamente se está investigando, lo importante es que lo encontramos con vida”, manifestó.
El año pasado, 4 730 personas regresaron a su casa en buenas condiciones, mientras que otras 157 fueron halladas sin vida. La Dinased y la Defensoría del Pueblo han analizado los casos de quienes volvieron a sus casas y por qué huyeron.
Informes de esas entidades revelan que entre las motivaciones para abandonar sus hogares están los problemas familiares, sociales como drogas, alcohol y pandillas. Además de conflictos económicos, migratorios y en otros casos por enamoramientos.
Las investigaciones también revelan que existe una tendencia especialmente en adolescentes y jóvenes.
Ese fue el caso de una chica de Manta de 16 años que huyó de su casa en julio del 2015.
Su madre la reportó como desaparecida y los agentes la encontraron en la casa de una amiga. Luego contó que se escapó debido a una discusión con sus padres.
Ese mismo año, la Dinased halló a otras dos adolescentes de 14 y 17 años que también fueron reportadas como desaparecidas. Los agentes dijeron que las dos estaban con sus novios.
Pero en el caso de Anthony la familia prefiere no hablar de lo sucedido. Ayer, solo indicaron que le practicaron exámenes toxicológicos para determinar si fue atacado con sustancias como la escopolamina. Esto, debido a las circunstancias en que se perdió, pues su madre lo vio por última vez en la parada Benalcázar de la Ecovía, en el norte de Quito. Ese día llovía y Anthony debía matricularse en la universidad.
Por eso, decidió ir en bus para ganar tiempo. Luego de unos minutos le escribió a su madre un mensaje de texto. Ahí le indicaba que no se sentía bien. Luego ya no contestó el teléfono.
Las cámaras del ECU 911 lo rastrearon y lo vieron hasta La Marín. Luego no se supo nada hasta el domingo que apareció en Guayaquil.
Sus padres lo buscaron en el sur de Quito y en el Centro Histórico. Su fotografía la pegaron en paredes y negocios de esas zonas. Incluso fueron a Ibarra. Jamás se imaginaron que estaría en Guayaquil.
De allí, que Aráuz manifestó, durante la entrega del joven, que aún existen pericias que están pendientes y que las practicarán para conocer las verdaderas causas.