César Ricaurte, director ejecutivo de Fundamedios, concedió una entrevista telefónica a este Diario sobre la posición de la organización al respecto (Imagen referencial). Foto: Archivo/ EL COMERCIO.
La tarde de este martes 8 de septiembre del 2015, la Fundación Andina para la Observación Social y el Estudio de Medios, Fundamedios, hizo pública una notificación que recibió de la Secretaría de Comunicación, Secom, sobre el inicio de un proceso de disolución del organismo. En el documento se señala un supuesto desvío de los objetivos para los cuales fue constituida y dedicarse, en su lugar, “a actividades de política partidista”.
Su director ejecutivo, César Ricaurte, concedió una entrevista telefónica a este Diario sobre la posición de la organización al respecto.
¿A qué hora les llegó la notificación y cuál fue su primera impresión al respecto?
La notificación nos llegó a las 15:30 y la fueron a dejar dos funcionarios de la Secom, bastante contentos, por lo demás. Nuestra reacción es que se trata de un proceso que, jurídicamente y desde una perspectiva de lógica y racionalidad, no tiene ni pies ni cabeza.
¿Cuál es el principal argumento para el inicio del proceso de disolución de Fundamedios?
La Secom nos acusa, básicamente, de estar haciendo política partidista, porque ayudamos a difundir dos blogs de análisis político: el de José Hernández y el de Roberto Aguilar. Parece ser que para la Secom hacer periodismo político es igual que hacer política partidista. Bajo esa lógica, la Secom nos va a decir mañana que escribir de fútbol es ser centrodelantero. Es una cosa absurda. La Secom nos ha dado un plazo de 10 días para presentar las pruebas de descargo frente a estas acusaciones. Vamos a ser contundentes en eso. Nos quedan ya ocho días nada más, que además contabilizan con fines de semana (la resolución tiene fecha 7 de septiembre). Vamos, más que nada, a tratar de plantear el asunto en temas de lógica: no se puede considerar el periodismo político una actividad de partidismo político.
En la notificación y en la resolución y memorandos adjuntos se citan artículos del Reglamento del Sistema Unificado de Información de Organizaciones Sociales (Decreto Ejecutivo 16) y del estatuto de Fundamedios, ¿esto se aplica a las actividades de Fundamedios?
Así es. Ellos citan los artículos 6 y 9 de nuestro reglamento. El primero se refiere justamente a esta prohibición de meternos en asuntos de política partidista y lo segundo es nuestro objetivo general, que está enfocado en el desarrollo de los medios y de la comunicación social como un mecanismo de desarrollo del país. Sin embargo, la Secom olvida u omite, de forma absolutamente arbitraria y maliciosa, que en los objetivos específicos de la organización están todas las actividades que nosotros realizamos: monitoreo, capacitación para periodistas, programas especializados en comunicación social y periodismo. No nos apartamos un milímetro de lo que son nuestros estatutos, sino cumpliendo con nuestros objetivos.
En junio pasado, Fundamedios hizo pública una alerta sobre supuestas intenciones y acusaciones de la Secom. ¿Cree que esa fue la antesala a la notificación que recibieron?
Sí. Pero, además, nosotros hemos señalado desde el primer minuto en que recibimos la notificación en la cual se traspasó el control administrativo de Fundamedios del Ministerio de Inclusión Social a la Secom, que esto era poner nuestra cabeza en bandeja de plata en manos de nuestro principal agresor. Porque es evidente que la Secom es el operador y ejecutor de una cortina de constante acoso al periodismo independiente, que ha sido ejecutora de una política de constante presión a los periodistas de los medios independientes y que ha sido, asimismo, la ejecutora de una política de acoso contra Fundamedios. Nuestro único delito ha sido defender al periodismo, monitorear las agresiones contra periodistas y denunciarlas. Eso a la Secom le disgusta profundamente. Por eso decíamos hace año y medio que nos han puesto en manos de nuestro principal agresor. Ahora lo que está sucediendo es la ejecución. Se han demorado un poquito, tratan de guardar las formas, de supuestamente seguir un debido proceso. Pero al final del día, para nosotros está clarísimo de que en el país ya no impera ni la legalidad, ni la lógica ni la racionalidad.