La futura enfermera Cristina Morales toma los signos vitales de su abuelo, en su casa. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
Al igual que en una práctica real, Camilo Campiño, de 23 años, usa hilo, tijeras y aguja. Pero contrario a lo que esperaba en este punto de su formación, debe utilizar carne de pollo. Sutura exactamente como lo haría sobre la piel de un ser humano.
Esa fue la opción que encontró el estudiante de décimo semestre de Medicina (son 12), para sus prácticas de cirugía. Además, midió y pesó a parientes y vecinos para aprender a dar seguimiento al crecimiento de niños, en pediatría.
Los alumnos de las carreras de salud se han adaptado a la modalidad virtual. La Asociación de Facultades de Ciencias Médicas y de la Salud (Afeme) registra alrededor de 20 000 jóvenes que cursan carreras en sus 24 facultades del país.
La Secretaría de Educación Superior (Senescyt), en sus últimos datos del 2018, registró 399 carreras y programas vigentes en salud, bienestar y servicios sociales y 93 907 matriculados en universidades y escuelas politécnicas.
Si bien ha sido posible llevar algunas prácticas a la modalidad virtual, con plataformas y aplicaciones, otros aprendizajes exigen labores presenciales.
Por eso, universidades públicas y privadas elaboraron planes de contingencia.
En la Central, por ejemplo, diseñaron un plan de recuperación de horas prácticas en un período académico extraordinario, que se espera cumplir desde mayo. Será necesario en carreras como Medicina, Odontología, Veterinaria,
Obstetricia, Laboratorio e Imagen, relata la vicerrectora académica, María Augusta Espín.
Aunque los protocolos que se manejan dentro de la universidad están listos, Espín comenta que revisarán la situación epidemiológica del país al final de este mes, para medir el riesgo de movilizar a estudiantes -muchos de otras urbes-, docentes y administrativos.
En Odontología, los estudiantes practicarían en clínicas de la universidad, con pacientes reales, lo cual implicaría abrir el campus al público.
Por eso proponen que practiquen con fantomas (simuladores de la cavidad oral) y con apoyo de familiares en las clínicas universitarias.
En el caso de Medicina y Enfermería, para evitar que los chicos acudan a casas de salud, que atienden covid, la Central prevé prácticas en sus clínicas de simulación robótica.
En medio de la pandemia, para no perder del todo el componente práctico, la familia de los estudiantes ha tenido un papel fundamental.
El abuelo de Cristina Morales, por ejemplo, la ayudó con su práctica de tomar signos vitales. Además, la estudiante de octavo semestre debía desarrollar un plan de Enfermería Comunitaria en visitas domiciliarias, por ejemplo, a pacientes vulnerables (por su pobreza o discapacidad). Pero ese punto se suspendió.
Aunque en este tipo de carreras las prácticas se aplican desde los primeros niveles, el decano de Ciencias de la Salud de la Universidad UTE, Camilo Félix, admite que los alumnos de los últimos semestres resultan más afectados, ya que se postergará su titulación.
Para Espín, de la Central, en cambio, alumnos de los niveles medios y bajos podrían tener más vacíos por su poca o nula experiencia práctica. Mientras que los chicos de últimos cursos la han acumulado en toda la carrera.
Para Medicina, Odontología y Veterinaria, en la UTE aplazaron las asignaturas con componente práctico y reemplazaron esas horas con materias teóricas de niveles superiores. Discuten la posibilidad de añadir un período académico 100% práctico, para alrededor de 1 500 estudiantes de ciencias de la salud, cuando el COE nacional lo apruebe.
Las prácticas demostrativas se han cumplido. Pero eso no ha pasado con las experimentales. En Odontología, por ejemplo, el 50% de horas clase tiene ese componente. Calculan que en dos períodos académicos en línea pierden un período completo de prácticas.
Considerando que la inmunización en el país está en marcha, el director ejecutivo de la Afeme, Leonardo Bravo, espera que en dos meses se abra una modalidad dual.
Al igual que Bravo, estudiantes como Diego Pabón destacan los esfuerzos de las universidades por adaptarse a las condiciones de la pandemia. Pero el joven de octavo semestre de Odontología ve urgente atender a pacientes.
Mientras, en su casa adecuó un espacio con conexión eléctrica para uso y lavado de instrumental. Practica con dientes y maxilares en fantomas (modelos) y hace incisiones y suturas en piel de naranja.
En la U. Católica (PUCE), alrededor del 40% de sus 10 000 alumnos es del área de la salud. También esperan que el COE les permita la asistencia de un número reducido al campus.
Planean realizar prácticas en laboratorios al final del semestre, en junio, comenta la directora académica, Paulina Barahona. Mientras, unos 7 800 estudiantes de Medicina, Obstetricia y Enfermería de último año cumplen su internado rotativo en casas de salud.
El director de la Afeme anota que han solicitado que no estén en contacto directo con pacientes covid, pero en algunos casos, por la necesidad de ciertos servicios, sí permanecen en áreas de triaje, emergencia o servicios que atienden a este tipo de pacientes. Exigimos que se den las condiciones necesarias para la protección de nuestros jóvenes. Incluso las universidades han dotado de implementos de protección”.
En contexto
Desde el 13 de marzo se suspendieron las clases presenciales en todos los niveles educativos. 23 universidades del país han presentado planes piloto de retorno progresivo a los campus al COE nacional, que analiza la curva creciente de contagios.