Brigadas móviles trabajarán de la mano con los líderes barriales

La doctora Yadira Condo (izq) y la enfermera Gabriela Yánez integran las brigadas.

Nadie conoce tan bien el territorio como sus habitantes. Los vecinos saben cuáles son los problemas del barrio, las familias necesitadas y también las indisciplinadas.
Los expertos aseguran que la única forma de vencer al covid-19 es con la búsqueda de casos y el control del cerco epidemiológico. Ambas estrategias son imposibles sin la participación de la comunidad.
El epidemiólogo Rómulo Martínez está convencido de que cuando la vecindad se involucra y la estructura barrial se fortalece es más factible desplegar un correcto control.
Eso es lo que buscan las 50 brigadas móviles que desde el lunes 3 de agosto saldrán a recorrer las calles de los barrios con mayor número de contagios de Quito.
Martha Gordón, coordinadora en territorio de la Secretaría de Salud, indica que desde hace una semana han mantenido reuniones con asambleístas comunitarios, representantes de los Cabildos y presidentes barriales para priorizar los sitios que serán visitados.
También se avanza en la capacitación de 122 profesionales médicos que integran las brigadas. En un inicio, estaba previsto que empezaran hoy los recorridos pero aún se estaban afinando detalles de la movilización del personal.
El punto de encuentro de estos equipos serán las estaciones en los barrios críticos donde el Municipio levantó las carpas para hacer los triajes. Allí, se abastecerán de los medicamentos e insumos necesarios.
En estos espacios, además, quienes formarán parte de las brigadas son capacitados por los profesionales guayaquileños que por un mes apoyaron a la capital (de los cuales 11 regresaron ayer al Puerto Principal), y los ocho que fueron enviados de relevo gracias al apoyo de esa Alcaldía.
Gordón explica que no es prudente publicar el listado de las zonas que las brigadas visitarán porque se corre el riesgo de que personas de otros barrios acudan y se podría provocar tumultos.
Gracias a la coordinación con los líderes, en cada barrio se identificará un espacio seguro, por ejemplo, una casa comunal donde los vecinos acudan. Cuando una familia se encuentre delicada, la brigada la visitará en su hogar.
Dependiendo de la complejidad de la zona, se enviará el número de equipos necesarios, quienes, una o dos semanas después, volverán para dar seguimiento a los casos.
Sara González, directora de Participación Ciudadana de Quitumbe, cuenta que en el sector el trabajo con los líderes ha sido intenso, sobre todo en las dos parroquias más críticas: Chillogallo y Guamaní.
La coordinación se la hace por chats comunitarios, aunque también han realizado capacitaciones por Zoom.
En esos talleres, los líderes conocieron cómo será el trabajo de las brigadas. Se les indicó, por ejemplo, que no se harán hisopados, a menos de que la condición del paciente lo amerite, que quienes tengan síntomas moderados serán llevados al CAT Bicentenario y los graves irán a los hospitales.
La gente ayudó a hallar puntos críticos, a zonificar la parroquia y a identificar centralidades para que los equipos lleguen de manera segura.
No se ha establecido un horario específico para el trabajo de las brigadas, pues dependerá de la disposición de la comunidad. En algunos sectores, como las personas trabajan, las visitas serán pasadas las 17:30. En donde sea factible, se recorrerá la zona de 08:30 a 16:00.
Solo en la parroquia de Guamaní están trabajando con 200 líderes comunitarios. El plan funciona como una red en la que los presidentes se encargan de transmitir el mensaje al resto de la población y levantar los datos que se requieran.
Mónica Pastrano, de 47 años, es presidenta de Santa Rosa III, y representante de la Asamblea Barrial por Chillogallo.
Su parroquia está conformada por 64 barrios. A la primera capacitación acudieron 35 líderes, quienes participan de manera activa en el levantamiento de información para la elaboración del cronograma.
Algunos líderes no forman parte de estas redes porque no tienen acceso a Internet o no saben manejar la tecnología.
El chat principal de su barrio está conformado por representantes de 158 familias.
Una vez que se enteró que las brigadas móviles irán a su sector, solicitó a sus vecinos que se reporten en caso de tener familiares con síntomas. Esos hogares serán los primeros en ser atendidos y se podrá vigilar que cumplan la cuarentena.
A Pastrano les preocupa la provisión de alimentos. “¿Cómo una familia contagiada que no tiene qué comer puede hacer cuarentena?”, pregunta.
Pide al Municipio que se entreguen kits a los más necesitados. La líder considera que con trabajo se logrará superar la crisis. “Así como los vecinos abrimos vías, llevamos agua e hicimos parques, al virus lo combatiremos en minga”.




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