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Bora Bora: la belleza del mar

Rodeada de dos volcanes,  aguas que se ven color turquesa de lejos o completamente transparentes de cerca, con hoteles de lujo ubicados sobre el mismo mar, así es el paraíso de la isla de Bora Bora.

Tenga en cuenta

Eventos especiales  En Bora Bora se celebran bodas polinesias,  que no son reconocidas legalmente pero que se desarrollan con el ocaso del Sol como escenario.
Para viajar El mejor mes para visitar la isla es el mes de junio, ya que se realiza la fiesta de Heiva, por lo que el ánimo de los habitantes se torna más festivo y alegre.

Bebidas  Los cocteles más famosos son Maitai,  que es una  mezcla de rones, piña fresca y Cointreau; y el Banana Coralia que está  compuesto por plátanos frescos, zumo de limón, almíbar de fresa y nuez.Evidentemente,  siendo un paraíso acuático las actividades en el mar son variadas, puede visitar el Lagoonarium, el Centro de Buceo, el Jardín de Coral o la Zanja de las Rayas Leopardo. Pero si en algún momento se aburre de estar sumergido,  puede escalar los montes de 700 metros de altitud y
desde ahí divisar todo el espectáculo de la polinesia francesa.  Con un poco de suerte se pueden ver las islas de Tahaa, Raiatea y Maupiti.  El monte Otemanu se puede divisar desde cualquier pun-
to de la isla, desde cualquier bungaló o desde cualquier hamaca bajo una palmera.

La isla también ofrece excursiones en catamarán, cano y piragua por los un poco más de 26 kilómetros cuadrados de la laguna. Evidentemente se hacen paradas para tomar refrigerios en los islotes que se encuentran en el trayecto. Las caminatas hacia el interior de la isla también son muy cotizadas, especialmente por los más aventureros. Son tres horas de caminata entre orquídeas salvajes y espesa naturaleza.  Se llega a Pahia, en donde el caminante pierde el aire por la espectacular vista.

El color turquesa de sus aguas se  debe a que están encerradas en una laguna natural gracias a  una cadena de arrecifes que rodean a los dos volcanes. Así,  el agua encerrada adquiere características únicas.

Parece que el nombre original de esta isla era Pora Pora, cuya traducción más aproximada sería la de ‘primer nacimiento’.    Otro dato de interés es que está isla fue utilizada como polvorín durante la Segunda Guerra Mundial.

Como esta isla  vive  casi exclusivamente del turismo, cosa que no es difícil imaginar por qué, los menos de
10 000 habitantes de la isla han aprendido a ser muy abiertos con los visitantes de todo el mundo.

Como en la isla el espacio es limitado, la administración de Bora Bora ya no permite la construcción de más hoteles o infraestructura turística, por lo cual, viajar a este paraíso se ha convertido en uno de los destinos más apetecidos y costosos del mundo, solo para una ocasión especial.

Evidentemente, la gastronomía de este lugar debe estar a la par de sus escenarios naturales. Como es un protectorado francés, en Bora Bora se degusta la mejor comida francesa que se mezcla con las costumbres polinesias.

Las verduras típicas de la isla son  el uru, y los ñame (o aje), un tubérculo que generalmente suele acompañarse con pescado o carne. También se consumen más tubérculos como el fafa o el taro. Normalmente, todas estas exquisiteces  se cocinan en unos hornos tahitianos enterrados bajo el suelo que se llaman ahima’a.