Alarma en dos caseríos por la AH1N1
Reds. Cuenca y Sierra Centro
Uno de los dos primeros casos de muerte en el país por gripe AH1N1 genera críticas. La familia de la fallecida se niega a aceptar que María Soledad, de 28 años, tenía la influenza.
La duda se da porque la joven madre fue tratada por neumonía y no tuvo contacto con emigrante ni portador de la influenza. Además, la muestra tomada al esposo dio negativo y hasta ayer la familia no recibía el resultado del examen realizado que confirmó que padecía del virus.
En Parcoloma, un poblado de casas desperdigadas y a siete minutos de Tarqui, sur de Cuenca, hay incertidumbre. Allí, en una evidente pobreza vivía la costurera María Soledad, con sus dos pequeños hijos y su esposo.
Tras conocer la causa de esta muerte, según el director de Salud de Azuay, Julio Molina, se fijó un cerco epidemiológico para cuatro miembros de la familia y otras 34 personas que tuvieron contacto con la fallecida, en una fiesta días antes de enfermar.
Pero anteayer, los pobladores molestos denunciaron que no llegó ningún médico. “Aquí hay algunos niños con gripe y se dice que la vecina murió con la gripe porcina. Deberían enviar una brigada para que nos chequeen a todos”, reclamó Hilda.
Recién ayer llegó una brigada médica a Parcoloma para hacer chequeos. Molina cree que María Soledad se contagió de una persona asintomática portadora del virus. Incluso, se sospecha de dos emigrantes que estuvieron un mes en la comunidad. Además, se sabe que los fines de semana llegan extranjeros atraídos por el turismo comunitario que se practica en la zona.
Hasta antes de esta muerte, de los 24 casos registrados en Azuay, siete fueron importados y 17 por nexos epidemiológicos. Según Molina, son los turistas y emigrantes que regresan de EE.UU. quienes subieron el número de casos en esta provincia.
La mayoría llega asintomática, por eso pasa los controles en los aeropuertos internacionales y en el Mariscal Lamar de Cuenca. Pidió a los viajeros azuayos que al llegar a Cuenca se queden tres días aislados, hasta descartar la gripe y evitar el contagio.
Asimismo, en el caserío Andignato, en el cantón Cevallos, provincia de Tungurahua, los habitantes están más tranquilos. Ellos fueron informados por técnicos del Ministerio de Salud de que se han establecido cercos epidemiológicos de prevención con las personas que mantuvieron contacto con el comerciante de 30 años que falleció en Tungurahua por el virus AH1N1.
El hombre vivía en Ambato, pero fue velado en su caserío natal. El pasado sábado un centenar de personas escuchó que no hay riesgos de contagio en el sector y recibió capacitación sobre las medidas de prevención. Además, se descartaron casos de virus en ese sector.
El MSP monitoreará a la gente de Andignato esta semana. Asimismo, por prevención allí se suspendieron los actos masivos.