El próximo jueves 1 de septiembre se conocerá si el Ejecutivo sancionará u objetará el proyecto de Ley de Carrera Sanitaria, que fue aprobado por la Asamblea Nacional con 123 votos a favor. El objetivo de la normativa es crear, reconocer y garantizar la carrera sanitaria pública como un régimen especial dentro del servicio público. El texto, cuyo trámite se concretó en 2016, establece las disposiciones jurídicas y administrativas aplicables al talento humano en salud.
Marcos Molina, presidente de la Comisión de Salud, fue el proponente de la normativa, durante el segundo debate. Él señaló que la ley promoverá el desarrollo integral del talento humano en salud, regulará las jornadas de trabajo y la remuneración. También, impulsará el reconocimiento, la promoción, la movilidad horizontal, el ascenso y su permanencia. Así como el régimen de ingreso, modalidades de recambio, desvinculación y retiro del personal.
La normativa será de aplicación obligatoria para la Red Pública Integral de Salud y demás instituciones públicas donde laboren profesionales de la salud de atención directa.
Una labor sin reconocimiento
Durante 36 años, Mariana Narváez ha trabajado como enfermera. Debido a sus jornadas no ha podido compartir con su familia, con su hija que prácticamente estuvo sola hasta que se casó y se fue de la casa. “Los momentos más importantes no estuve para ella y no quiero eso para mis compañeras”, dice la representante de la Confederación de Asociaciones de Enfermeras. Por eso celebra la aprobación de la Asamblea al proyecto.
Uno de los puntos que aborda la propuesta es el de la jornada laboral que en la actualidad es de 160 horas. En la normativa se establecen 120 horas al mes en función del riesgo laboral. Verónica Chávez, presidenta del Colectivo Reacción Ecuador, recuerda que durante lo más fuerte de la pandemia del covid-19 el peso cayó sobre las áreas críticas y el personal de emergencia asumió el 100% de la carga. Esto conllevó riesgos físicos, biológicos y psicológicos.
“En términos de riesgo laboral no puede ser lo mismo para un médico que está en la función administrativa a uno que esté en áreas críticas”, señala. Frente a ello, la posición como colectivo es que debería ser dirigido solo a las áreas críticas. Hacerlo con todas las áreas podría significar una pérdida del 30% de la operatividad y se tendría que contratar más personal, explica.
La representante también considera que la aprobación del proyecto de ley era algo muy esperado por el personal sanitario desde hace muchos años. Entre otros puntos destaca que se establezca un escalafón que no había para los trabajadores.
El presidente del Colegio de Médicos de Pichincha, Carlos Cárdenas, dice que la formación de un profesional de la salud nunca termina, pero hacerlo “es extremadamente oneroso”. Señala que hay posgrados y especialidades que incluso llegan a los USD 50 000. El galeno menciona el caso de los posgradistas, muchos de los cuales no son remunerados y asumen ese gasto.
En la práctica, agrega Cárdenas, los médicos residentes son los que se quedan en los hospitales, no los tratantes porque el Estado no puede cubrir el pago de las 24 horas. “Ellos son los responsables y no se reconoce su esfuerzo por perfeccionarse”. Las maestrías de enfermería también son costosas. Mariana Narváez indica que sobrepasan los USD 10 000; sin embargo, muchas optan por pedir créditos para profesionalizarse.
“Con el escalafón ya va a haber esa motivación. Sí estoy más descansado, trabajo menos horas, me educo constantemente, eso se va a ver reflejado directamente en el servicio”, asegura. En la norma, el escalafón se definirá de acuerdo con sus funciones, nivel de responsabilidad, formación y capacitación. Además, por el tiempo de servicio y resultados en los procesos de evaluación y desempeño, lo que determinará su remuneración.
Para Cárdenas, la aprobación por parte de la Asamblea del proyecto de Ley de Carrera Sanitaria, que impulsa por más de dos décadas, es positiva porque se reconoce al personal sanitario su esfuerzo y todo lo que implica cuidar de los pacientes. Él recuerda que durante la pandemia, 708 médicos fallecieron en el ejercicio de sus funciones. “Nos han llamado héroes de capa blanca, pero no nos han tratado como tal”. Por ahora, el personal de salud espera que este proyecto de ley sea aprobado por el presidente, Guillermo Lasso.
En el caso de que el Mandatario presente observaciones (veto parcial), la normativa regresará a la Asamblea Nacional, de lo contrario podrá ir directamente al Registro Oficial y entrará en vigencia. Si el veto es total, la Asamblea deberá esperar un año para tratarlo nuevamente.