Luis Carrillo y su familia viven en Mindo. Su esposa Pamela está dedicada a la elaboración de artesanías en cerámica y son comercializadas a los turistas que llegan a esta parroquia del cantón San Miguel de Los Bancos, ubicado en la provincia de Pichincha.
Carrillo es venezolano y trabaja desde hace algunos meses para una fundación alemana. Se dedica a dictar cursos de guitarra y otros instrumentos musicales a los niños de la zona. Con el dinero que ganan consiguen mantener a su propia familia y enviar alrededor de USD 20 mensuales a la madre de Luis que vive en Venezuela.
Sus dos hijos estudian en un centro de educación alternativa y no tuvieron problemas en conseguir un cupo. Esta es una de las 37 familias venezolanas que viven en Mindo, según la Asociación Venezuela en Ecuador. La población de inmigrantes de este país creció entre el 2017 y el 2022 en un 380%.
En la actualidad, la presencia de estudiantes en la zona rural es importante debido a las oportunidades laborales que existen. En la gran mayoría mejoró sus ingresos económicos. Este proceso de traslado hacia el sector rural se inició hace más de dos años con el objetivo de tener mejores oportunidades de trabajo y estudio.
Daniel Regalado, presidente de la Asociación Venezuela en Ecuador, conoce a fondo el tema de sus compatriotas radicados en algunas de las principales ciudades del país: Quito, Guayaquil, Cuenca, Huaquillas e Ibarra.Dice que, ante esa realidad, hace más de dos años los dirigentes de la organización comenzaron a orientar a la población para que busque nuevos territorios o sectores donde puedan ejercer la inclusión social y diferenciación de negocios. También donde haya tranquilidad, debido a que las grandes urbes se convirtieron en peligrosas por la xenofobia existente, el abuso policial y la sobresaturación de comercio venezolano y la falta de empleo.
A todo esto se sumó que no tienen problemas en conseguir cupos sin trabas para que sus hijos estudien en esos sitios.
Niveles educativos distintos
Regalado asegura que al país no solo llegaron profesionales como profesores, médicos, enfermeras con títulos de cuarto nivel, sino también personas del campo con una baja instrucción educativa pero que saben de ganadería, agricultura, veterinaria y son ellos quienes se enfocaron en ir a esas zonas donde están las haciendas ganaderas y agrícolas productivas.
El dirigente no descartó que la población venezolana esté ocupando los puestos que quedaron vacantes por una alta migración de ciudadanos ecuatorianos hacia los Estados Unidos.
El investigador y catedrático de la Universidad de Cuenca, Rodrigo Mendieta, tiene una lectura distinta. Afirma que hablar de al menos 9 000 alumnos estudiando en la zona rural es una cifra importante. Él considera que este número de educandos pudiera generar un problema mayor al sistema educativo nacional, principalmente por todas las dificultades agravadas por el virus y la pandemia.
El experto sostiene que dos causas podrían estar relacionadas al hecho de que los migrantes estén por motivos de estudio en el sector rural. La primera tendría que ver con que se les dificulta conseguir cupos en las grandes ciudades por la falta de acceso a Internet.
Otra causa importante es el tema económico. Es posible que los padres encontraran buenas alternativas de trabajo y se mudaron hacia estos lugares más alejados de los centros económicos urbanos; ello luego de que debido a la pandemia se cerraron empresas y hubo pérdida de empleo en el sector urbano, mientras que en el rural el impacto fue menor y se trabaja en el abastecimiento de productos para los mercados de las ciudades.