El 1 de mayo es una jornada de reivindicación de la lucha de la clase obrera en el mundo. Las manifestaciones de los trabajadores en el país y otras latitudes suelen ser en pos de mejores condiciones para los trabajadores. El antecedente histórico de la conmemoración empezó tras el Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, en 1889, celebrado en París. Ahí se decidió establecer esta jornada como el Día de los Trabajadores y como un homenaje a los Mártires de Chicago.
Los sindicalistas murieron en protestas que empezaron el 1 de mayo de 1886, que buscaban la consecución de la jornada laboral de ocho horas. El objetivo de los obreros era hacer que se respetara una visión: “ocho horas de trabajo, ocho horas de ocio y ocho horas de descanso”.
El tiempo pasa y aquella lucha, que nació en el contexto de la Revolución Industrial, se ha mantenido y se ha problematizado con los años; son nuevos derechos los que las y los trabajadores defienden a escala global. Influye mucho, además, la madurez de la sociedad o -por el contrario- sus niveles de entendimiento de los problemas que generan las nuevas relaciones laborales. Las condiciones de trabajo aún son duras y se ha evidenciado (y denunciado) que en muchos lugares del mundo llegan a la precariedad en plena era de la tecnología. Y, por el otro lado, también han aumentado leyes que promueven una mejor calidad de vida para los empleados. Un ejemplo es Francia: desde enero de 2017, los trabajadores tienen derecho a desconectarse de sus labores, gracias a una reforma laboral que también tuvo como antecedente jornadas de protestas.
La lucha organizada es clave para que los derechos laborales prosperen. Muchos proyectos fracasan cuando los movimientos sindicalistas distorsionan sus objetivos y buscan beneficios particulares o apoyan intereses políticos.
La pandemia impuso, como decenas de otras cosas, cambios a las formas de trabajo y quizás es momento de defender aquellas ideas del trabajo bajo presión; la salud mental ahora es una prioridad para los empleados sometidos a constantes cambios.