“Cada una de las letras de este cuento son recuerdos que quedaron en mí desde muy pequeña. Una de las batallas más difíciles para una familia, plasmada en un relato con un final lleno de alegría y felicidad. Esto es lo que motiva a seguir adelante y luchar por mis sueños”.
Así resume María Emilia Yaguana, estudiante del programa Aulas Hospitalarias, lo que significa para ella haber escrito el cuento La princesa guerrera.
El relato comienza describiendo que “en un hermoso y lejano reino, apartado de la contaminación de la ciudad y cercano a una isla llamada Poderosa, nació una hermosa y adorable princesa llamada Dulce”.
“Cierto día -continúa-, el médico de la isla, después de revisar a la hermosa princesa, les anunció a los reyes que su amada hija había nacido con problemas en su pequeño corazoncito…”.
La alumna de 8 años recibe clases en el Aula Hospitalaria de Solca, en Loja. Ella padece leucemia linfoblástica aguda y en su cuento hace alusión a la lucha diaria que ha llevado, junto a su familia, en contra del cáncer.
María Emilia escribió la obra para participar en el concurso En mi verso soy libre, organizado por el Ministerio de Educación. A mediados de diciembre del 2021, el subsecretario de Educación Especializada e Inclusiva, Daniel Crespo, visitó el hospital de Solca Loja, donde conoció a la niña y se comprometió a leer la obra y trabajar en el diseño.
La directora del Distrito Loja de Educación, Carmita Armijos, hizo la entrega del cuento a María Emilia y su familia, el 13 de enero del 2022. Además le entregó a la estudiante un reconocimiento por su valentía.
Vanessa Patiño, docente de Aulas Hospitalarias Solca, dijo que los sueños se pueden cristalizar a través de una pluma. “Felicidades por ese noble y gran corazón que tienes”, le dijo a María Emilia.
Gladys Yupanqui, madre de la pequeña, leyó el cuento. “Así, una noche, la princesa Dulce soñó que estaba siendo perseguida por un enorme lobo que solo quería comérsela… Los reyes, con el corazón destrozado, decidieron vestirse con su mejor armadura para empezar a caminar junto a su hija en un mundo lleno de agujas…”.
El cuento termina enfatizando en que “Dulce, una niña de valor inalcanzable, una verdadera guerrera de la vida, con sus sutiles alas y brillo deslumbrante como un ángel, que Dios puso en el camino de todos quienes la aprecian, sigue cumpliendo cada uno de sus sueños, que antes parecían lejanos e imposibles de realizar”.